El Forest Stewardship Council, FSC, por sus siglas en inglés es el encargado de promover el manejo responsable de los bosques del mundo y definido por Alfonso Argüelles, su representante en México, como una organización global y no gubernamental, sin fines de lucro, que nació con la idea de diferenciar los productos
que vienen de buenas prácticas del manejo forestal.
FSC, en medio de ese manejo responsable que busca en el área forestal, cree que es posible lograrlo sin llegar a la intimidación o la multa. “No sancionamos a nadie pero sí podemos certificar a quien lo hace de buena manera.” Destacó Alfonso, que las sanciones no son necesarias si se busca crear conciencia en cuidar al planeta. FSC, al no solo enfocarse en el tema ambiental sino también social, educa a las partes interesadas desde el cuidado medioambiental hasta la seguridad de los trabajadores. Resalta que llevar el sello de FSC da un alto valor de buenas prácticas sin que esto signifique un mayor precio en los productos que tengan este emblema.
“Quiero aclarar que FSC no certifica sino que acredita a certificadoras. Se desarrolló el sistema y acreditamos a quien quiere ser certificador para lo cual debe someterse a nuestro sistema riguroso de revisión y ver si tiene la solvencia técnica, moral y económica para ser un certificador como una tercera parte independiente”. Esto quiere decir que quien participe como certificador no puede tener intereses particulares con ninguna empresa maderera de compra o venta de productos. Se mantiene un monitoreo sobre cada una de estas firmas pero son ellos quienes llevan las labores de certificación.
Actualmente existen más de seiscientas mil hectáreas certificadas en México, 74 certificados de Manejo Forestal y 144 certificados de Cadena de Custodia. En la región, la mayoría de los recursos forestales son manejados por las comunidades y deben crear proyectos hacia un manejo responsable. “Tenemos contextos donde hay una importancia social vinculada a los bosques donde se tienen comunidades de Centroamérica y México que utilizan sus propios recursos naturales pero compitiendo con la ilegalidad. Es difícil combatir esa ilegalidad en muchos países y es común no tener proyectos a largo plazo sobre los bosques que deberían ser implementados, incluso, desde antes de recibir sus beneficios”, destacó Pina Gervassi, directora regional para América Latina de FSC.
En este punto específico en países como Argentina, existen varias comunidades que viven en los bosques, con sus usos y costumbres, que estas a su vez conviven con las empresas que utilizan los recursos forestales de manera responsable, todo bajo la certificación de FSC.
Cuando se habla del manejo forestal, normalmente, es sinónimo de madera pero el ecosistema es más que árboles. Buscan estudiar y proteger el agua y la fauna que allí se encuentre para no afectar al medio ambiente. Todos deben conocer este mecanismo de mercado, socialmente beneficioso, ambientalmente adecuado y económicamente viable. “Es promover el concepto de manejo forestal responsable en todos los niveles de la cadena de producción hasta el consumidor final.
Llegamos a través de campañas de comunicación, promoción y educación para que los consumidores empiecen a pedir productos certificados y con el sello de FSC.” , agregó Gervassi.
A FSC, en vocería de su director en México, le preocupa que existan prácticas irregulares en varios países vinculadas a la falta de control y corrupción donde, entre la tala ilegal, además de la falta de entendimiento del consumidor sobre lo que están comprando, no se tenga un sentido de pertenencia sobre el ecosistema.
“No se trata de incrementar el número de certificaciones, sino lograr estructurar cadenas de suministros para que empiecen a llegar al público”. Explicó Argüelles quien resaltó que FSC incentiva a que las comunidades hagan sus productos con materia prima certificada. Asegura que se crea conciencia y costumbre en comprar material amigable con el planeta. “Así podremos lograr bosques para todos para siempre”.
FSC aspira tener para el año 2020, al 20 por ciento del consumo global de productos forestales, maderables y no maderables.