Fortalecer las defensas del cuerpo en la última etapa del año parece ser crucial. Y para ello, muchos especialistas recomiendan incluir en la dieta los “Superalimentos”: productos que destacan por sus grandes cantidades de nutrientes, antioxidantes y vitaminas ideales para mantener saludable el organismo.
Están de moda y tienen todo lo necesario concentrado y en gran cantidad. Los llamados “superalimentos” destacan por sobre otros productos por contener un mayor aporte de nutrientes, vitaminas y/o antioxidantes. Son ideales para incluirlos a la dieta, ya que satisfacen fácilmente las necesidades nutricionales.
“Son alimentos que de forma natural destacan por contener cantidades mayores de nutrientes con respecto a lo general, es decir, son principalmente aquéllos que aportan nutrientes que usualmente son escasos en la dieta alimentaria, que son difíciles de encontrar en su grupo de alimentos, o nutrientes que bajo ciertas condiciones fisiológicas o patológicas se hacen más importantes. Entre estos nutrientes destacan los ácidos grasos omega 3, los antioxidantes en general, las proteínas de alto valor biológico, la vitamina B12 y el hierro”, explica la docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, Stefanie Chalmers.
Entre los “superalimentos” más populares se encuentran el aceite de oliva virgen extra, la quínoa, las legumbres, el brócoli, las hojas verdes, las naranjas, las nueces, los pescados y el chocolate negro. Pero, ¿cómo y cuándo incorporar los “superalimentos” en la dieta?
“El consumir una dieta variada e incluir los ‘superalimentos’ de forma alternada durante la semana no genera riesgos en personas sanas, por lo que darles un espacio en el menú es una gran iniciativa para el cuidado de la salud”, apunta la nutricionista.
“La incorporación de los ‘superalimentos’ en la dieta permite cubrir de forma más eficiente las posibles carencias nutricionales derivadas de la ausencia de consumo masivo de otros alimentos que aporten pocas cantidades de el o los nutrientes en cuestión. Por otro lado, estos productos aportan a la dieta de personas que tienen mayores demandas. Por ejemplo, el consumo de ‘superalimentos’ ricos en antioxidantes es de gran utilidad en los deportistas de alto rendimiento, quienes suelen requerir mayores cantidades de antioxidantes que una persona que realiza ejercicio en forma moderada. Los ‘superalimentos’ también son de gran importancia para personas con patologías asociadas a la inflamación, como el cáncer, la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, en las cuales el estrés oxidativo tiene un papel protagónico en la génesis y desarrollo de las enfermedades”, asegura la docente de la U. del Pacífico.
Dado que el aporte nutricional de los “superalimentos” es bastante elevado, no se deben incorporar a la dieta diaria sin consultar previamente a un nutricionista, ya que se deben evaluar las necesidades de cada organismo en particular.
Siempre que se quiera incluir en la dieta un “superalimento”, lo mejor sería consultar a un nutricionista para recibir la orientación adecuada y evitar también cualquier posible riesgo por sobreingesta nutritiva. “La frecuencia del consumo va a depender de las necesidades específicas de la persona, tomando en cuenta la edad, el género, el nivel de actividad física, la exposición a sustancias tóxicas y el estado de salud, entre otros factores”, advierte Chalmers, Magíster en Ciencias Médicas y Biológicas.
Conoce los “Superalimentos”
Stefanie Chalmers, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, destaca los siguientes productos que son considerados “Superalimentos”, ideales para incluir en la dieta para enfrentar con energía estos últimos meses del año:
Los arándanos, el ajo y la cúrcuma: Aportan grandes cantidades de antioxidantes y destacan entre otros alimentos que también contienen antioxidantes, pero los aportan en menor cantidad.
Piure: Es un gran aportador de yodo, cuya carencia puede asociarse al desarrollo de hipotiroidismo. Por tanto, su ingesta por parte de personas que tienen carencia de este nutriente en su dieta habitual permite recuperar de forma más rápida el déficit.
Pescados: Son los mayores aportadores de omega 3 y también son muy ricos en proteínas de alto valor biológico.
Algas como la Spirulina o el Nori: Aportan cantidades mayores y poco habituales de vitamina B12, que es necesaria para la formación de hematíes, y de gran importancia para evitar la anemia megaloblástica, principalmente entre las personas que no consumen carnes.
Paltas: Son aportadoras de ácidos grasos omega 9, que permiten mejorar los niveles de lipoproteínas HDL, consideradas un factor protector que limita el riesgo cardiovascular.
Quinua o quínoa: Destaca entre los cereales por su elevado contenido de proteínas de alto valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos que permiten al organismo sintetizar proteínas completas, proceso que usualmente debe hacerse mediante la ingesta de combinaciones de cereales, ya que éstos suelen ser limitantes en alguno de los aminoácidos necesarios.