A partir del Protocolo de Kyoto el Panel de Expertos por el Cambio Climático ha instado a las naciones a adquirir compromisos de reducción de emisiones vinculantes, a realizar inventarios de emisiones por fuente y al resguardo de sumideros, no obstante, a la fecha los compromisos adquiridos no han logrado ser ratificados por las naciones que constituyen las emisiones globales más significativas.
En el entendido de que las emisiones atmosféricas constituyen una problemática global, a partir de la cumbre de Bali realizada el año 2007 se reconoció la importancia de reducir las emisiones o tendencias de emisión no solo en los países desarrollados, sino también en los países en desarrollo como una estrategia para enfrentar el cambio climático, no obstante, ésta iniciativa fracasó en la cumbre de Copenhague sin lograrse un compromiso de reducción vinculante.
Esta dinámica se ha mantenido en las cumbres posteriores, si bien se han logrado avances importantes tales como la creación del Fondo Verde en la Cumbre de Cancún (2010), creado para financiar proyectos de reducción en países en desarrollo, en las cumbres posteriores tales como Durban (2011), Doha (2012), Varsovia (2013), Lima (2016) y París (2015) no se han logrado avances significativos en lo que toca a la adquisición de compromisos vinculantes orientados a la disminución de GEI.
En vista de las circunstancias, las herramientas de mercado para la reducción de emisiones de GEI juegan un rol fundamental en lo que respecta al abatimiento de las emisiones de las naciones, ya que son de carácter voluntario y permiten que el mercado incentive iniciativas de reducción de emisiones que, a un nivel agregado, constituyen el abatimiento de emisiones de los sistemas de producción de cada país. En éste contexto, la huella de carbono es una herramienta muy interesante ya que es una métrica que permite estimar la cantidad de GEI emitidos a la atmósfera derivados de las actividades de producción o consumo de bienes y servicios.
En este contexto, Veolia ha asumido el desafío de la reducción de emisiones en los 57 países en donde se desempeña, asumiendo políticas de eficiencia ambiental y reducción de emisiones de GEI, siendo la huella de carbono la herramienta utilizada para la realización de inventarios de emisiones anuales que permiten identificar rutas para controlar, reducir o mitigar las emisiones de GEI. En éste sentido, tanto nuestros rellenos sanitarios como nuestros servicios de recolección de residuos industriales y domiciliarios están sujetos a planes de eficiencia orientados a optimizar la performance ambiental y el uso de recursos, siendo evaluados anualmente mediante la ejecución de planes de acción para el abatimiento de GEI, lo que a su vez, se enmarcan en el proceso de mejora continua de nuestros sistema de gestión ambiental.
