Verde Santo es la primera ecofactoría chilena que nació gracias a la conciencia ecológica de su fundadora, Cristina Mora Minte, quien decidió dar un valor agregado a los desechos que provienen de la industria de los hidrocarburos que se extraen en la patagonia chilena, para elaborar productos amigables con el medio ambiente y promover la jardinería en casa.
“El proceso parte cuando se hace una excavación de un pozo para extraer petróleo. Al excavar la tierra se llega a un punto en el que encuentran rocas de mayor edad, las cuales poseen una gran riqueza mineral. Éstas son llevadas a un proceso de selección dentro de una centrífuga, donde se filtra la arcilla que utilizamos para luego crear nuestra Súper Tierra, un fertilizante y mejorador de suelo, que cuenta con una gran capacidad para absorber y entregar tanto agua como nutrientes”, explica la directora general y creadora de la marca.
Esta Súper Tierra puede adquirirse en formatos de 100 gramos, o como Trufas Verdes, también llamadas Bombas de Semillas, elaboradas con materia orgánica, semillas potenciadoras de lentejas y microorganismos locales. “Estos productos mejoran la tierra donde se depositan, y al poco tiempo nace una planta, ya que vienen con semillas tanto de primavera como de invierno. Por ejemplo, rúcula, cilantro, ciboulette, pepino, lechuga, tomate, sandía, melón o hasta el novedoso pasto para gatos.”, comenta Cristina.
Por otro lado, existen las Bombas de Nutrición, las cuales “son una suerte de SOS para las plantas”, debido a que sirven para recuperar la vida del suelo, regenerar su microbiología, estimular el desarrollo de raíces y fortalecer el sistema inmunológico de ellas.
También, Verde Santo ofrece Vermel, una melaza estimuladora del crecimiento elaborada en base a un desecho de la industria del azúcar. “Es rica en minerales y eleva la absorción microbiológica de las raíces de las plantas”, explica la emprendedora.
Todos estos productos ecológicos, además de ser adquiridos en sus lugares de distribución, también pueden ser cotizados para ecobranding o regalos corporativos. “Es una forma consciente de darle valor a las marcas, ya que todos ellos han sido elaborados a través de un trabajo amigable con el medioambiente y socialmente responsable”, afirma Cristina.
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