Si como país se invierte en las nuevas tecnologías LED y sistemas inteligentes de iluminación, podríamos bajar el consumo a sólo el 2% de electricidad usada en iluminación -sin molestar a ningún chileno con el Daylight Saving Time (DST)- y además ahorrar así un 15% del total de energía eléctrica en Chile, lo que es sustancial para el país y para el medio ambiente.
En el próximo cambio de horario de verano de este sábado 12 de Agosto, en el que los relojes deben ser adelantados en una hora tanto en Chile continental como insular -a excepción de la región de Magallanes- “se molestará a todos los chilenos cambiándonos a un uso horario que no nos corresponde en forma natural, sino que usaremos el que compete originalmente a Buenos Aires. Los que dictaminan año a año esto, lamentablemente no consideran el bienestar de los chilenos, incluyendo su productividad laboral”, sostiene enfático Erwin Plett, doctorado del Karlsruhe Institute of Technology de Alemania, con post doctorado en energías en la University of Wisconsin-Madison en Estados Unidos, miembro de la Human Centric Ligting Society, HCLS, director de Alfa Lux en Chile y Coordinador del Comité de Eficiencia Energética de la Comisión de Energía del Colegio de Ingenieros de Chile A.G.
Está demostrado por diversos estudios científicos mundiales que “hay personas que demoran hasta tres semanas en asimilar un cambio de horario de una hora, con diversas molestias y pérdida de concentración. Lo más difícil es cambiar hábitos, y como el primer cambio horario se hizo en Chile en 1947, los gobiernos de turno siguen haciéndolo en forma rutinaria, a pesar que se ha demostrado que al país no le sirve”, sostiene Plett.
En tanto, otros países como Rusia han dejado de tomar esta medida que comenzó en 1916 durante la Primera Guerra Mundial, ya que la única razón esgrimida, que era el ahorro en electricidad con el uso de las mundialmente vetadas ampolletas incandescentes (que sólo producen un 5% de iluminación y dilapidan 95% de la electricidad en calor), dejaron de existir gracias al avance tecnológico en materia de luminarias modernas.
Ahora, si se trata de ahorrar en electricidad, la solución pasa dice Plett por “invertir en las nuevas tecnologías LED y sistemas inteligentes de iluminación, ya que Chile utiliza un 17% de su electricidad en iluminación y podríamos bajar el consumo a sólo el 2% de electricidad usada en iluminación, ahorrando así un 15% del total de energía eléctrica en Chile, un ahorro sustancial para el país, que gasta miles de millones de dólares en divisas para importar todos sus combustibles fósiles y los quema en termoeléctricas obteniendo de esa fuente de energía sólo un 30% de la cara electricidad y derrochando el 70% restante como calor residual, con el daño colateral al medio ambiente”.
Finalmente, si vamos a cambiar la iluminación, sugiere hacerlo según los principios del Human Centric Lighting o de la iluminación centrada en las personas. Sistema que usa los últimos avances en fisiología humana y tecnología de iluminación para balancear los efectos visuales, biológicos y emocionales que tiene la iluminación en los seres humanos. Esto se consigue con las más modernas luminarias LED con “tunable-white”, es decir, con el tipo de luz blanca ajustable a las necesidades específicas y temporales de las personas”, concluye Plett.www.alfalux.eu
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