Junto a toda la comunidad escolar de la escuela pública Salvador Sanfuentes de Santiago, Maggie MacDonnell, premiada por el Global Teacher Prize internacional como la mejor profesora del mundo, y Eligio Salamanca, el ganador 2016 de la versión local de este galardón, lanzaron el Global Teacher Prize Chile 2017, una iniciativa mundial que la organización Elige Educar desarrollará en Chile por segundo año consecutivo.
El Global Teacher Prize internacional –conocido como “el Nobel de la enseñanza”- es un reconocimiento de la Varkey Foundation que desde el año 2014 premia con un millón de dólares a un profesor destacado entre postulantes provenientes de todo el mundo. Este galardón busca identificar y reconocer a los maestros que, a través de su trabajo e innovación, están impactando a sus estudiantes y a su comunidad.
Durante el año 2016, en su primera versión local, esta iniciativa logró movilizar más de 7 mil nominaciones ciudadanas a profesores de todo Chile, siendo elegidos entre los docentes postulantes a 5 finalistas que representaron por primera vez a Chile en el Global Teacher Prize Internacional, donde dos de ellos, Eligio Salamanca y Mario Santibañez, fueron distinguidos entre los 50 mejores profesores del planeta.
“Tal como Maggie Macdonnell fue reconocida por el Global Teacher Prize mundial, y Eligio Salamanca por la versión nacional del premio, estamos seguros de que en los distintos rincones de Chile -de Arica a Puerto Williams- hay miles de profesores que al igual que Maggie y Eligio transforman las vidas de sus alumnos y sus comunidades a través de su compromiso pedagógico. Queremos visibilizar estas historias y reconocer la labor profesional de nuestros docentes impulsando nuevamente este reconocimiento ciudadano, público y masivo”, explicó Hernán Hochschild, director ejecutivo de Elige Educar.
Por su parte, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, destacó que todos los profesores puede ser los mejores: “La profesora Maggie, junto a los profesores chilenos finalistas del año pasado -entre los cuales dos fueron reconocidos entre los 50 mejores del mundo- son una demostración de que sí se puede; se puede hacer cambios culturales desde la profesión docente, apelando al profesor en su calidad de profesional, con capacidad de innovar, de crear métodos de aprendizaje acordes a sus comunidades. Esto es lo más importante”, dijo.
En esa línea, la profesora Maggie MacDonnell hizo un enérgico llamado a que los estudiantes levanten la voz y reconozcan mediante este premio a esos profesores que generan cambios desde el aula. “Las únicas personas en el mundo que saben bien quién es el mejor profesor son los estudiantes. Por eso, necesitamos la ayuda de todos los estudiantes para encontrar a esos profesores increíbles y postularlos al Global Teacher Prize”, destacó en la ceremonia.
La Ministra también extendió una invitación a todos los profesores chillenos a ser parte del Global Tacher Prize Chile. “Hoy queremos invitar a todos los educadores que tienen ese fuego interior, esa pasión por enseñar, a visibilizar su trabajo, a postular para representar a los profesores y profesoras de nuestro país en esta instancia que busca visibilizar mundialmente el impacto de la profesión docente”, dijo.
Cómo postular al Global Teacher Prize Chile
A partir de hoy, y hasta el 14 de agosto toda la ciudadanía podrá postular a aquellos profesores que marcaron o están marcando positivamente sus vidas a través de la página web https://www.gtpchile.cl,
Pueden postular profesores y educadores de párvulo actualmente en ejercicio que enseñen a niños que cursen entre kínder y cuarto medio, en escuelas de todo el país y de cualquier tipo de dependencia (públicas, particulares subvencionadas y particulares pagadas). Puede postular al premio directamente el profesor o ser nominados por un tercero.
La forma de educar de la mejor profesora del mundo
Maggie MacDonnell es una profesora de Ed. Media de origen canadiense, nacida en las zonas rurales de la provincia de Nueva Escocia. Este año, Maggie fue elegida -entre más de 20 mil profesores de todo el mundo- como “la mejor profesora del mundo” por el Global Teacher Prize, en una ceremonia celebrada en la ciudad de Dubai el pasado 22 de marzo.
Maggie buscó la oportunidad de enseñar a comunidades originarias en su país, y por ello durante los últimos 6 años se ha desempeñado como profesora en Ikusik School, escuela de la aldea Salluit, donde habita el pueblo originario inuit, en pleno Ártico canadiense. Esta aldea es el hogar de la segunda comunidad inuit más septentrional en Quebec, con una población de poco más de 1.300 personas, a la cual no es posible acceder por carretera, sino sólo por vía aérea.
En su rol de maestra, Maggie ha enfrentado el desafío de lograr aprendizajes en medio de un contexto altamente complejo: pobreza, altas tasas de embarazo adolescente; abuso de drogas, problemas derivados de los roles de género (donde las niñas cargan con los deberes domésticos); altas tasas de suicidio. Sólo en los últimos dos años, la profesora enfrentó el suicidio de una decena de jóvenes de su comunidad.
Para enfrentar estos desafíos, Maggie creó un programa de habilidades para la vida, específicamente para las jóvenes, que ha logrado hacer parte a las niñas en actividades que antes eran dominadas sólo por los niños. También creó una asociación con la guardería de niños, donde sus estudiantes trabajan en las aulas con trabajadores experimentados. Maggie también obtuvo más de $ 20 mil dólares para un programa de nutrición saludable en la escuela ejecutado por los propios estudiantes, y hoy administran una cocina comunitaria en su escuela. Además, para atacar los graves problemas de depresión y abuso de drogas y alcohol entre sus estudiantes, Maggie estableció un centro deportivo para los jóvenes y adultos de la comunidad, que poco a poco están adoptando un estilo de vida más saludable. También creo un equipo de running con sus estudiantes, que les ha permitido aliviar el estrés, fortaleciéndolos física y mentalmente.
En definitiva, esta profesora ha procurado enseñar a sus estudiantes el enfoque “de problemas a soluciones”, impulsando desde sus propios estudiantes las ideas que les permitan a ellos y a su comunidad hacer frente a las dificultades que los aquejan, mejorando no sólo la experiencia en la escuela –mejorando la asistencia a clases y los niveles de deserción-, sino también impactando más allá de su sala de clases, en toda la comunidad.