El especialista en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Rodrigo Martin, valora el aporte de estas vías ante eventos de contaminación como los del lunes, ya que aumenta sustancialmente el flujo de los buses del Transantiago y, por ende, la calidad del servicio. Por ello, sugiere que la medida se tome no solo en episodios críticos, sino que se mantenga en días de la semana.
La primera preemergencia ambiental del año en Santiago trajo consigo la restricción de automóviles catalíticos así como el uso de los ejes ambientales en José Artigas-Los Leones, San Diego, Nataniel Cox, Matucana, Vicuña Mackenna y Chacabuco. La jornada dejó como saldo alrededor de 400 multas y críticas de los conductores por la falta de información sobre esta política diseñada en 2016.
El experto en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago, Rodrigo Martin, sostiene que si bien hubo falencias en la entrega oportuna de la información, “este no es un tema nuevo. Por lo tanto, no debería ser una causa para justificar una molestia tan grande de los conductores desinformados”.
El especialista valora particularmente la implementación de los ejes ambientales en términos de descongestión. “Las vías segregadas producen un aumento en la velocidad del transporte público del orden de un 35%, según el Intendente. Cuando partieron estos corredores, se planteaba un incremento inferior al 10%”, lo que repercute en un aumento del flujo del transporte público.
En la misma línea, el experto de la estatal sostiene que “las consecuencias de estas decisiones no solo tienen un impacto en la contaminación, sino que favorecen el uso del transporte público y le dan un espacio para que ese servicio sea de mejor calidad”.
“Cabría la pregunta de si pueden implementarse ciertos ejes exclusivos y permanentes en el transporte público, sobre todo en las horas punta, y si las extensiones de estos ejes ambientales pudieran ser mayores en algunos casos, para asegurar una mayor calidad”, plantea. “Es un camino interesante a explorar”.
“Los ejes ambientales no producen un impacto directo en la contaminación. No se puede esperar que al producir esta nueva restricción territorial para los automóviles se produzca una baja automática en la contaminación. De hecho, no sucedió el lunes recién pasado”, concluye.