Los rellenos sanitarios son obras compleja expuestos a fuerzas naturales que los pueden afectar en gran medida, donde empresas especialistas y con trayectoria no deberían tener problemas para sortear cualquier imprevisto que se les presente.
Es así como el terremoto del año 2010 en Chile puso a prueba a los rellenos sanitarios del país, donde días después del evento, los 3 existentes en el Área Metropolitana de Santiago más el de Rancagua, estaban funcionando sin problemas y ayudando a sobrellevar la catástrofe que nos había afectado.
Es por lo anterior que cuando desarrollamos una obra de relleno sanitario con residuos sólidos urbanos además de resolver un problema sanitario estamos estructurando un suelo de características especiales, que sea capaz de enfrentar estas situaciones. Uno que se va modificando constantemente en el tiempo debido a que diariamente está ganando y perdiendo masa, ya que recupera con los residuos sólidos que se depositan todos los días y pierde con las emisiones y/o extracciones de biogás y lixiviados.
Los rellenos sanitarios de residuos sólidos urbanos a primera vista parecen una obra civil sin complicaciones que se asemeja mucho a una de movimiento de tierras, pero es solo una apariencia, la realidad es muy distinta y las complicaciones van apareciendo con el tiempo, pudiendo terminar en verdaderos desastres, incluso aun cuando se pueda sobrellevar la obra estructuralmente estable puede existir un colapso por diversas otras razones como:
.- Fuertes precipitaciones
.- Movimientos sísmicos
.-Exceso de recirculación de lixiviados
.- Poca existencia o inexistencia de drenes para lixiviados y biogás
.- Mal diseño de la obra desde la perspectiva estructural
.- Poca compactación y maquinarias en mal estado
.- Más de una de las razones expuesta anteriormente
Estos rellenos sanitarios resultan un gran desafío para la actividad profesional por la gran variedad de escenarios que presentan y la rapidez con que ellos se modifican, especialmente si tienen residuos domiciliarios con alto contenido de materia orgánica y otros con alto contenido de humedad.
Este escenario lo configuran, entre otros, las características del lugar elegido (climático, topográfico, hidrológico, etc.), la composición de los residuos desde la perspectiva de estabilidad (orgánicos, inorgánicos, inertes, mezclas, etc.), la composición de los residuos desde la perspectiva del reciclaje (papeles y cartones, metales vidrios, plásticos, residuos orgánicos, etc.), y la tecnología imperante (equipamientos, materiales, metodologías de trabajo).
La pérdida de masa al interior del relleno genera vacío, lo que hace que constantemente se estén produciendo acomodaciones de los residuos, que se traducen en asentamientos y que a su vez originan desniveles en la superficie del relleno. Estos desniveles deben ser corregidos constantemente por los encargados de operar la obra para mantener la conectividad, configuración geométrica y estructura del relleno y a la vez, asegurar la integridad de los sistemas de manejo del biogás y lixiviados que deben garantizar la no alteración ambiental del medio.
Finalmente debe tenerse especial cuidado con el contenido de humedad de la masa del relleno, pues cuando éste se satura y empieza acumular líquido se comienza a generar lo que se denomina presión de poro, cuando esta presión de poro supera las fuerzas que mantienen cohesionadas la masa del relleno se produce un colapso y se termina con el relleno diseminado sobre una gran área.