El trabajo de recuperación realizado por Luis Núñez San Martín y su equipo, se extendió por tres meses y contó con aportes públicos y privados, gestionados por la Corporación PROA. En la ceremonia, junto con el descubrimiento de la pintura, se dará inicio a la campaña digital #PostaldeAntofagasta cuyo objetivo es rescatar paisajes naturales y urbanos dentro de la ciudad.
Con el objetivo de recuperar uno de los íconos urbanos de Antofagasta, Corporación PROA lideró el proyecto de restauración del mural de la Casa Gibbs, patrimonio de la ciudad y principal símbolo de la campaña Postales de Antofagasta de esta entidad. El resultado de esta iniciativa será entregado el próximo 7 de marzo a las 20:00 horas en el muro sur del centenario edificio y contará con la presencia de autoridades e invitados especiales, quienes podrán observar in situ el descubrimiento de la obra realizada por el destacado artista local, Luis Núñez San Martín, y su equipo de trabajo conformado por Camila Díaz, Benjamín Contador y Carlos Massardo.
Cabe destacar que este mural es la obra patrimonial pintada directo a muro con mayor superficie en el país, alcanzando los mil metros cuadrados y su historia se remonta al 2008, cuando después de casi dos años de gestiones, fue inaugurado. El artista lo describe como “un espacio paralelo, donde el espectador se hace parte de la obra”. Este trabajo representa el Antofagasta del 1900, recreando una estación de trenes donde se reúnen personajes emblemáticos de la comuna.
Luego de casi una década, las condiciones climáticas y diversos factores ambientales afectaron algunos sectores del edificio que desde su lanzamiento se convirtió en un interesante atractivo para turistas y habitantes de la ciudad, transformándose en uno de las fotografías imperdibles para quienes visitan el puerto nortino. Para evitar que el deterioro avanzara, la Corporación PROA inició una amplia campaña de búsqueda de recursos, postulando al financiamiento público a través del 2% de cultura del FNDR otorgado por el CORE, y en paralelo, presentando el proyecto al Comité de Donaciones Culturales y solicitando recursos privados, los que fueron entregados por la empresa Rockwood Lithium.
Esfuerzos de diversos sectores
Al respecto Pamela Ramírez, directora ejecutiva de PROA, señaló que fue un desafío recolectar los dineros necesarios para lograr reparar la obra, “restaurar este ícono de Antofagasta, fue posible gracias a la suma de esfuerzos de diversos sectores. La obra tiene un valor que supera los 60 millones, tanto por la calidad de las pinturas como por la complejidad del trabajo en altura. Pudimos lograr el financiamiento de 20 millones a través de FNDR 2% Cultura 2016, y otros 25 millones fueron aportados Rockwood Lithium. A ello se sumaron importantes aportes en servicios y logística, fundamentales para concretar los trabajos. Es larga la lista por agradecer: la Ilustre Municipalidad de Antofagasta, Soinsa, Carabineros, el Instituto de Seguridad Laboral, la Universidad de la República en donde se emplaza la obra, y así, un sinnúmero de voluntades que apoyaron la restauración de una de las más reconocidas postales de Antofagasta”.
Casa Gibbs para la comunidad
En diciembre del año pasado el equipo de Luis Núñez San Martín comenzó una campaña por las redes sociales en las que invitaban a quiénes se habían tomado una fotografía con el mural, a que enviaran las instantáneas a su fan page con el fin proyectar todas ellas durante la ceremonia que se realizará el 7 de marzo.
“Junto al equipo de trabajo nos dimos cuenta de lo importante que es la Casa Gibbs para la comunidad. A diario se acercaban vecinos y turistas a preguntarnos detalles o contarnos anécdotas y tal como las personas integraron la obra a su vida cotidiana, quisimos que ellos fueran parte de la obra. Recibimos decenas de fotos donde la familia se incorpora a la pintura, dándole vida y convirtiéndola en una de las Postales de Antofagasta, que es una campaña que busca que quienes habitamos esta ciudad nos hagamos cargo de cuidarla, valorarla y quererla porque las ciudades son el reflejo de quienes viven en ellas”, señala Núñez.