Según estudios recientes de la OCDE, Chile ocupa el quinto lugar entre los países con más horas trabajadas, con un record de 1.987 al año; siendo a su vez señalado como el menos productivo, razón por la que las compañías chilenas se ven en la necesidad de derribar los actuales proyectos de innovación e incorporar otras tecnologías que ayuden al desarrollo económico.
No cabe duda que nuestro país está viviendo importantes momentos de cambio, los que han evidenciado debilidades en nuestra economía. El continuo decrecimiento en productividad, el aumento en la tasa de empleo informal, el encarecimiento en los procesos de producción de commodities, sumado a que el país es hoy uno de los menos productivos a nivel OCDE, a pesar que somos el que más horas trabaja per cápita (1987 horas anuales), nos coloca en una posición donde es necesario generar cambios disruptivos en la base de la economía para volver a ser dinámicos como nación en vías de desarrollo
Sebastián Rojas, CEO de la compañía de innovación WSNPro Chile afirma que, a estos factores, se le suma un potente hecho cultural. “La mayoría de las empresas con más de 30 años de trayectoria en Chile funcionan con el sistema denominado “orden-comando-control”, donde los objetivos son asignados por los jefes para que sean cumplidos, pero sin un sentido claro para toda la organización, algo que dista mucho de la tendencia mundial donde los proyectos de innovación generan desarrollo y mentalidad de líderes”.
Silicon Valley lo entendió hace una década y para romper la barrera del estancamiento de ideas y acelerar sus procesos de crecimiento, numerosas compañías tecnológicas decidieron implementar el sistema de “Transformación Validada”, que es soportada por el método Lean Startup, para validar o invalidar con evidencia de clientes y de forma temprana, la “tracción” que tendrán los nuevos caminos elegidos.
“Sillicon Valley entendió hace más de una década que las empresas y organizaciones que duermen en sus éxitos son las más propensas a desaparecer frente a una competencia más veloz, más elástica, más innovadora y menos costosa. Crear ciclos de innovación, generar oleadas de ideas provenientes de los propios trabajadores (que saben mejor que nadie lo que se debe hacer para crecer) y también, levantar laboratorios de innovación donde puedan crearse y probarse nuevos productos, es lo que hoy está permitiendo a industrias, separarse y acelerar sus procesos de otras que seguirán creyendo que hacen lo correcto.”, afirmó Sebastián Rojas.
Lo revolucionario es que todo este proceso – descubrir, validar y traccionar- lo logramos en ciclos de desarrollo no mayores a tres meses con altas tasas de éxito, tiempo durante el cual se mide el progreso y se genera retroalimentación de los clientes para lograr quickwins, versus el modelo que impera en las empresas donde se innova “a la antigua” tomando entre 8 meses y un año para tener una tasa de fracaso del 85% (*HBR May 2013). El ejecutivo de WSNPro manifiesta que “es por esto que hoy, la mejor forma de innovar, es ocupar ese talento interno dormido y que se encuentra bajo el antiguo sistema empresarial del orden-comando-control. El hacer partícipe a un trabajador con su inteligencia del “Viaje del Cliente”, con sus ideas para obtener quickwins, transforma su organización en una que sigue mejorando a pasos agigantados, permite crear empresas sanas, transparentes, positivas para la sociedad y su entorno, altamente colaborativas, extremadamente competitivas y también, vanguardista, gracias a nuevas soluciones acordes a las necesidades del mercado”.
Según el prestigioso Ranking de Innovación “Most Innovative Companies (MIC)” del ESE Business School, dos de los clientes de WSNpro ya sobrepasaron el 1% de Ebitda explicado por desarrollos de innovación.