En Chile se estima que hay 44.656 personas recluidas en las cárceles. Una de las problemáticas está en el hacinamiento y las precarias condiciones de vida que los internos reciben al interior, que ahondan la problemática de re inserción.
Corporación Proyecto Chile optó por enfrentar este sistema entregando un programa de reinserción para internos de Colina II. El plan piloto que comenzó a operar en marzo de 2016, tiene como fin entregar herramientas de emprendimiento y apoyo psicológico a reclusos y sus familias. Germán Oyarzún, presidente del directorio de Corporación Proyecto Chile, argumenta que “creamos un programa de inserción de largo plazo donde lo básico es que al interno se le acompaña antes, durante y después”.
La realidad para quienes están privadas de libertad hoy es que no cuentan con herramientas ni oportunidades de inserción en la sociedad. Al estar sus antecedentes manchados, son discriminados por la sociedad y hasta, en ocasiones, rechazados por su grupo familiar. Esta situación de abandono lleva a los individuos a caer nuevamente en actos ilícitos llevándolos nuevamente a la cárcel.
Para Oyazún, el principal problema de éste círculo vicioso está en que “nadie de la sociedad se ha preocupado de crear el espacio para las personas que quieran rehabilitar y reinsertarse”. El rechazo de la población hacia quienes estuvieron privados de libertad es uno de los principales frenos para quienes aspiran re insertarse. “la sociedad tiene que darse cuenta que el problema carcelario es por culpa de la misma segregacón”, afirma.
Corporación Proyecto Chile cuenta con tres lineas de trabajo para lograr su propósito: acompañamiento psicológico al interno y familia, actividades de integración con el grupo familiar fuera de la cárcel y preparación para enfrentar una vida laboral formal o el emprendimiento. Oyarzún es enfático al indicar que “hay una realidad de la que queremos hacernos cargo, reparar una deuda que ha tenido el Estado y la sociedad”.
El proyecto piloto aprobado por gendarmería trabaja con 12 personas que han mostrado el interés por insertarse en la sociedad al cumplir su condena. “si escuchas las historias que hay detrás, todo esto habla de desigualdad, falta de oportunidades”, argumenta Oyarzún. Una vida rodeada de vicios, episodios de violencia y actos delictivos llevaron a estas personas a cometer los delitos que los llevaron a la cárcel. “no justificamos lo que hacen”, comenta el presidente de Corporación Proyecto Chile, pero aclara “la sociedad no les dio oportunidad de niños para salir ese círculo”.
La corporación no se encuentra sola ejecutando ésta labor. Han encontrado el respaldo de distintas organizaciones que al igual que ellos están convencidos en la re inserción. Trabajan con gente de la Universidad de Santiago de Chile, la ONG Fondo Esperanza y Corporación Forjamundos, además de Gendarmería.
En relación a los escasos programas de re inserción que existen en el país a pesar de la precaria realidad carcelaria, desde la ONG aseguran que el Estado y la sociedad tienen una deuda. “La gran deuda es no haber diseñado un política pública que permita crear un escenario donde todos podamos participar y ayudar en re inserción”, asegura Oyarzún.
Una parte clave para que este programa sea exitoso está en el rol que Estado, mundo privado y sociedad juegan. “Deben estar dispuestos a dar la oportunidad de cambiar al individuo, sino le darás un portazo que lo llevará a lo mismo”, argumenta Germán Oyarzún.