Director del IDMA: “Chile se quema por falta de educación y políticas medioambientales serias”

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La catástrofe nacional refleja la falta de una política nacional de seguridad ecológica que complemente y refuerce las capacidades institucionales de CONAF y de ONEMI que a la fecha están ampliamente sobrepasadas y a la falta de educación ambiental en nuestro país.

La catástrofe regional y nacional producida por la quema de cerca de 145.000 hectáreas en varias regiones del país, refleja la falta de una política nacional de seguridad ecológica que complemente y refuerce las capacidades institucionales de CONAF y de ONEMI que a la fecha están ampliamente sobrepasadas .

Más de 75 focos de incendios forestales se han declarado la última semana en la zona centro sur del país (siendo la sexta región la más afectada con casi un 80% de superficie quemada) lo que ha provocado, hasta ahora, más de 145 mil hectáreas afectadas según ha confirmado el ministro del Interior Mario Fernández. Según CONAF, esta oleada de incendios forestales es uno de las peores de los últimos 50 años, lo que ha llevado al gobierno a decretar algunas zonas como Estado de Catástrofe (excepción constitucional) y Estado de Emergencia.

Para Rodrigo Cerda, Ingeniero Ambiental y director del Instituto del Medio Ambiente IDMA que lleva 20 años entregando herramientas y conocimientos específicos que contribuyan a mitigar, regenerar y crear conciencia de la importancia en la preservación de un medio ambiente sano señala, “este tipo de desastres deben ser parte de una política nacional de seguridad ecológica, donde las Fuerzas Armadas usen su capacidad instalada para respaldar y complementar las respuestas de Conaf y bomberos y ONEMI, sobrepasados por la extensión y condiciones ambientales de esta ola de incendios en el territorio nacional”.

Este tipo de catástrofes son el reflejo palpable del cambio climático que ya es una realidad en Chile y el mundo y del cual veremos mucho más en los años siguientes. Hoy nos encontramos con respuestas institucionales insuficientes, tardías y que reflejan la ausencia de un plan de acción acorde a la gravedad de las experiencias de años anteriores y las tendencias que señalan lo modelamientos del cambio climático.

Los mega-incendios no son catástrofes naturales, sino condiciones y situaciones creadas por las personas y no un “azote de la naturaleza” como explica la presidenta. A lo más es un recordatorio de la falta de aprendizaje institucional y de desconexión de nuestra sociedad con la naturaleza. La Naturaleza no está mal. Nuestras instituciones no están aprendiendo ni tomando el mensaje en su aprendizaje. Frente a un cambio climático acelerado, esto es grave.

Las estrategias de adaptación, no son para pasado mañana. En este contexto de urgencia, “necesitamos movilizar voluntades políticas para una acción rápida de las instituciones y la ciudadanía, integrando a la Fuerzas Armadas a combatir con todos sus medios estas tragedias socioambientales emanadas de las actuales condiciones climáticas y la acción humana por medio de incendios intencionales”, expresa Rodrigo Cerda, concluyendo en que “es de interés nacional capacitar, entrenar, equipar y movilizar al personal de las Fuerzas Armadas para que apoyen a bomberos, CONAF y ONEMI en lo que debiera ser nuestro principal foco en función de la verdadera soberanía y seguridad ecológica nacional en relación a proteger nuestra biodiversidad y flora y fauna amenazadas”.

La Educación medioambiental

En sentido, la educación medioambiental es la base de la prevención y el respeto a nuestro entorno. Se entiende por educación ambiental los instrumentos de gestión cuyo propósito es educar a la ciudadanía para el desarrollo sustentable, generando conciencia y cambios conductuales que incentiven la convivencia armónica entre el desarrollo social, crecimiento económico y cuidado del medio ambiente.

En este contexto de catástrofe medioambiental, es evidente que nos queda mucho camino por recorrer. La educación y la difusión ambiental tienen como objetivo promover una conducta de mayor cuidado y respeto hacia los ecosistemas forestales, centrándose en reducir las causas de incendios forestales y buscando generar cambios de conducta en las personas.

“Es indispensable que la educación medioambiental sea base de instituciones, empresas, organismos, escuelas, organizaciones vecinales y sociedad en general para avanzar hacia un Chile sustentable, respetuoso con su entorno y finalmente con su propia existencia y calidad de vida como seres humanos” señala el Cerda.

El impacto ecológico de los incendios forestales

El impacto es muy superior a lo que se ve a simple vista y sobrepasa incluso las áreas afectadas. La destrucción de biodiversidad, el aumento de la desertificación o la disminución de la calidad de las aguas y la atmósfera, son algunas de las consecuencias negativas posteriores a un incendio. La recuperación puede llevar décadas.

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