El Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile (INAP), presentó Informe País: Estado del medio ambiente en Chile, comparación 1999-2015. Sus principales resultados son el desbalance entre el impacto que se ha generado y las políticas públicas que no han sido suficientes para contrarrestar el daño.
El estudio afirma que las macropresiones de 1999 han incrementado de forma cualitativa y cuantitativa en los últimos 16 años. De esta forma, las políticas adoptadas por el Estado y la Sociedad Civil no han sido suficientes para contrarrestar el deterioro ambiental que ha llevado al país a “achicarse”.
El profesor de la Universidad de Chile y director del informe, Nicolo Gligo, expresó que “todo lo que hacemos va acrecentando la problemática medioambiental”. El crecimiento económico no ha sido elaborado en una base sustentable de crecimiento, por tal la pérdida de suelos, agua y contaminación de ecosistemas se han intensificado con el tiempo.
Principales resultados
Los 9 ítems que contemplan el medio ambiente y patrimonio natural del país arrojan cifras negativas. La erosión del suelo pasó de un 46% en 1979 a un 49% para 2010. En lo considerado grave o muy grave, la erosión ha incrementado de un 15% a un 22%, lo que equivale “a que nos hemos achicado 5,2 millones de hectáreas”, declara Gligo. Dentro de los avances positivos, el proceso de plantaciones forestales ha contribuido a la disminución de erosión de suelos.
En relación a aguas continentales, existe una disminución en las precipitaciones medias en los años más recientes. En algunas zonas alcanza el 20%. También se presenta la pérdida de glaciares que impactan en los caudales, los cuales ven aumentadas sus cuencas con fuertes coberturas de hielo. Se destaca la creación del Ministerio del Medio Ambiente para encauzar políticas públicas para la gestión del recurso hídrico.
Los bosques nativos de Chile disminuyeron para 2013 en 237.107 hectáreas. Sin embargo, información oficial establece que Chile ha crecido en 400 mil hectáreas. El profesor Gligo explica “se redifinió lo que es bosque nativo. Si antes era un 25% de la proyección de la copa sobre 4 hectáreas, ahora es un 10%de la proyección de la copa sobre una hectárea”.
Las regiones de la Araucanía y Los Lagos presentan la mayor pérdida de bosque nativo debido a la alta concentración de actividades económicas y alta concentración de incendios forestales.
Para el análisis de biodiversidad, los estudiadores acusan pocos antecedentes para realizar una comparación. Aún así, gracias al trabajo de académicos que, de forma particular, han dotado de conocimiento en biodiversidad de Chile. El inventario de especies en Chile aumentó en estos 16 años en un 8%.
Las especies amenazadas han aumentado. De modo global, incorporando animales y plantas, las especies amenazadas aumentaron un 171%. Las principales presiones que han contribuido a esta realidad son: la expansión de las ciudades (principalmente ocupación de borde costero y alteración de hábitats), expansión de la agricultura, contaminación minera e industrial y la presencia de especies exóticas invasoras, entre otras.
Sobre los ecosistemas marinos y del borde costero, en el informe indican que hay “9 nueve pesquerías en colapso, 10 en estado de sobreexplotación, 7 en plena explotación y 2 subexplotados”. También existe una baja en el porcentaje de metales pesados, compuesto y nutrientes en el agua. El cadmio, cromo, mercurio, plomo y zinc están bajo criterios internacionales, el experto asegura que “han bajado de forma espectacular”.
Las principales presiones de 1999 siguen repitiéndose para 2015: pesca industrial, pesca artesanal y urbanización del borde costero. Gligo asegura que de 1999 a la fecha “ha desaparecido prácticamente la contaminación industrial minera”.
En relación a asentamientos humanos, la urbanización pasó de un 83,45% para 1992 a un 86,9% para 2012 según censo de ese año. El acceso a agua potable, electricidad, alcantarillado y áreas verdes ha aumentado por metro cuadrado, pero pocas comunas tienen áreas verdes igual o superior a 9,2 m2/hab (cifra recomendada por la OMS).
El aumento del parque de vehículos y el uso de leña húmeda ha ocasionado que los asentamientos del Valle Central, Chillán, Los Ángeles, Talca, Valdivia y Cohaique presenten altos niveles de contaminación atmosférica. El tratamiento de aguas hervidas para 2015 llega al 97%. Hasta el año pasado, el 77% de los residuos domiciliarios cuentan con tratamiento adecuado.
Las conclusiones del informe estiman que hacen falta políticas vinculantes para evitar que Chile siga perdiendo diversidad y recursos naturales que afecten el futuro ambiental y económico del país. “Las amenazas al patrimonio natural siguen creciendo”, afirma Gligo. Se espera que los resultados sirvan de insumo para concretar y fortalecer al Estado en materia medio ambiental y las políticas que hasta hoy han sido adoptadas sin éxito.
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