El año pasado fue un año excepcional en la lucha contra el cambio climático. Marcó la voluntad política de los países para una solución mundial ante los desafíos que presenta el cambio climático. El Acuerdo de París y las contribuciones nacionales, resaltan la promesa de recursos y la voluntad de llevar el multilateralismo hacia acciones concretas. Sin embargo, el año 2016 nos recordó que debemos acelerar nuestro camino hacia la puesta en marcha del acuerdo:
El 2016 está por convertirse en el año más caluroso. La OMM ha publicado que entre Enero y Septiembre las temperaturas han sido superiores al promedio (1961-1990) por 0.88 C. Esto significa que 16 de los últimos 17 años marcan están tendencia hacia un calentamiento global. (1998 es el único año que no cumple con la tendencia).
Bolivia ha declarado el estado de emergencia por las sequias que asechan el país. Es la peor sequía en 25 años y ha generado tensiones entre diversos grupos, subrayando la necesidad de planificar el uso del agua y manejar de manera integral un recurso que ha sido descrito como la razón principal de las tensiones entre países en el futuro.
Un reporte científico demuestra que 80% de 94 procesos ecológicos estudiados se han modificado en los últimos 50 años debido al cambio climático. Por ejemplo, la genética de algunos seres vivos ha cambiado generando cambios de tamaño, color y fisiología
Pero enfocarnos en los puntos negativos sería equivocado, este año también tuvo momentos positivos que demuestran que el cambio climático es una problemática crucial y de interés global:
El Acuerdo de Paris fue ratificado antes de lo esperado. Al día, 115 partes han ratificado su compromiso para limitar el aumento de temperatura a 2 °C llevando a cabo acciones concretas de mitigación y adaptación al cambio climático. Cumpliéndose la meta de un mínimo de 55 partes que representen al menos 55% de las emisiones mundiales.
La agenda 2030 y sus objetivos de desarrollo sostenible (ODS) brinda la oportunidad de coordinar los esfuerzos hacia un desarrollo sostenible. En este sentido, todos los planes de desarrollo de la región hacen mención del cambio climático y la intención de incluir consideraciones climáticas en la inversión pública y las estrategias sectoriales.
La tecnología permite ahora que cualquiera de nosotros visualice los cambios en el tiempo debido a nuestra expansión urbana, deforestación, desaparición de glaciares y lagos. Time Lapse de Google permite concientizar con imágenes
11 Ciudades fueron destacadas en el marco de la Cumbre del Grupo de Liderazgo Climático C40 por ser un ejemplo en planificación urbana con objetivo de reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero. Entre dichas ciudades, se encuentra Curitiba (Brasil) que ganó la categoría de “Comunidades Sustentables”.
Para poder contar con más noticias positivas sobre el cambio climático debemos empujar las actividades que pueden surgir desde el ciudadano común hasta las actividades y/o proyectos que son financiadas por los países. No debemos bajar los brazos ante la vulnerabilidad, debemos caminar juntos hacia un desarrollo sostenible para la región de América Latina y el Caribe.
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Jennifer Doherty-Bigara
Jennifer Doherty-Bigara es asesora política y especialista en cambio climático. Sus principales áreas de especialización son las políticas nacionales de cambio climático, proyectos comunitarios de adaptación, la integración del cambio climático en la planificación local y el liderazgo juvenil. Jennifer tiene una maestría en Asuntos Internacionales y Estrategia de Empresa de Sciences Po de Toulouse (Francia) y una maestría en Desarrollo Internacional de McCourt School of Public Policy de la Universidad de Georgetown (EEUU). Su anterior experiencia de trabajo incluye las representaciones del gobierno de México ante la OCDE y las Naciones Unidas. Sigue a Jennifer en Twitter: @jdohertybigara