Chile tiene una dependencia de combustibles fósiles de al menos un 75%, los cuales son importados para el uso en generación eléctrica, procesos industriales, transporte, comercio y uso residencial. Lo que produce que cualquier conflicto que se produzca en el exterior, repercuta en los bolsillos de cada uno de los chilenos.
El paradigma de “combustibles ilimitados sin efectos en el medio ambiente” está cambiando, y sobre todo en Chile, ya que el país posee potencial en fuentes de energías renovables con altos niveles de radiación solar a lo largo del país, los cuales sirven en aplicaciones térmicas y eléctricas, sumado a la energía eólica con mini hidráulica de gran potencial, principalmente en el sur.
En el sector privado, hace 10 años existían cerca de 12 empresas que se dedicaban a comercializar soluciones de energías renovables no convencionales. Hoy hay 300 en diversos rubros, lo cual se ha transformado en un campo laboral interesante para los jóvenes que rinden la PSU y quieren estudiar una carrera técnica relacionada con el medioambiente.
Chile tiene una dependencia de combustibles fósiles de al menos un 75%, que son importados para el uso en generación eléctrica, procesos industriales, transporte, comercio y uso residencial. Lo que produce que cualquier conflicto que se produzca en el exterior, repercuta en los bolsillos de cada uno de los chilenos.
Las estimaciones del Instituto del Medioambiente (IDMA) arrojan que la nueva fuerza laboral del país de cara a 2017 aumentará en 20%, tanto en compañías nacionales como internacionales, que apuntan a tener en sus filas a técnicos especializados en energías renovables y eficiencia energética que se dediquen a desarrollar sistemas de calidad.
El jefe de Energías Renovables y Eficiencia Energética del IDMA, Rodrigo Valdovinos, asegura que “actualmente el sector público y sobre todo el mercado privado en Chile, necesita de forma urgente mejorar las capacidades técnicas en el área de las ERNC, sobre todo contratar capital humano técnico que son la debilidad que toda empresa de este rubro. La importancia radica en poder avanzar en la utilización de las ERNC de forma responsable en su parte técnica en todas las etapas que implica el desarrollo de un proyecto de generación con energías renovables, desde el diagnóstico energético del usuario, pasando por la factibilidad preliminar hasta la instalación y posterior seguimiento de los sistemas”.
“Buenas instalaciones mejoran la percepción de los usuarios, aseguran un mercado local de calidad y competitivo; obteniendo buenos rendimientos energéticos traducidos en beneficios económicos de las personas y familias. Se debe navegar hacia un mercado que elija calidad versus bajos precios. Esto ayudará a desarrollar en el corto plazo un mercado serio, profesional y sumamente creíble para grandes proyectos y por sobre todo en las pequeñas y medianas instalaciones donde los beneficios energéticos y económicos son más notorios y sumamente importantes”, agrega Valdovinos.
Para el 2018, en tanto, estiman que los nuevos técnicos egresados en el área de las renovables disminuirán en un 40%, debido al cierre de carreras técnicas en instituciones de educación superior de carácter técnico. Este cierre se debe a la escasa cantidad de docentes que formen las nuevas generaciones. De acuerdo con Valdovinos se puede decir que es “un” tema pendiente para los diferentes organismos públicos y, en especial, para las asociaciones gremiales. “Según mi percepción, se debe trabajar en la formación de formadores y destinar recursos para ello”, asegura.