La acumulación de basura fue la causa por la que en 2009 tres personas comenzaron a gestionar una empresa que buscaba hacer algo con el exceso de residuos. Gonzálo Muñoz, Joaquín Arnolds y Manuel Díaz idearon una estrategia de cambio cultural que hoy cuenta con variados reconocimientos a su labor en el mundo del reciclaje: estamos hablando de TriCiclos.
“Nacimos como una Empresa B“, comenta Verónica de la Cerda, gerente general de TriCiclos Chile. El triple impacto (social, medioambiental y económico) forman parte del ADN de TriCiclos, el cuál tiene como misión reducir la basura. La basura, como ellos sostienen, es un error de diseño. ¿Por qué un error de diseño? Verónica explica “porque la basura es una consecuencia del desarrollo y del modelo económico lineal que va desde el paradigma de extraer, producir y botar.”
Son la primera empresa en certificarse fuera de América del Norte. Es un trabajo constante que debe desarrollarse año a año. Verónica asegura los ayuda fortalecerse “el proceso de acreditación es súper valioso, significa medir muchas cosas y mejorarlas”. En la actualidad cuentan con uno de los puntajes más altos de empresas B en Chile.
TriCiclos cree en una economía circular que extraiga la menor cantidad de recursos. Estos deben ser reutilizados las veces necesarias para evitar la producción de desechos en el planeta, cuestión contraria al modelo económico actual. Ante esto, Verónica confiesa “usamos el reciclaje como una excusa para poder generar ese cambio cultural que se necesita para ir en pro de ésta economía circular.”
Educación sobre la basura
Ésta Empresa B, tiene distintas áreas de trabajo, donde consumidores y empresas conforman su stakeholders. La disciplina más visible son los de puntos limpios. Cuentan con 66 instalaciones en Chile y y 17 en Brasil. Se reciclan hasta 14 tipos de materiales, entre ellos :vidrios, papel, aluminio, cartón y plástico. Pero, acá entra en juego el papel de la educación sobre reciclaje.
Resulta, que los distintos materiales que ocupamos día a día, cuentan con distintos elementos a pesar de ser similares. La composición de un envase de shampoo con una bolsa son completamente distintos, a pesar de ser ambos plástico. Verónica explica “los plásticos no son una categoría. Las industrias de reciclaje reciclan polímeros. Cada envase tiene su propia composición y dentro de los plásticos hay una gran cantidad de polímero, por tanto es inútil el concepto de unificar y pensar que son todos iguales, porque después se tienen que distribuir a las diferentes plantas de reciclaje de una manera apropiada al proceso que cada una de estas plantas haga”.
Por esta razón, las instalaciones de TriCiclos cuentan con personal capacitado y guías que instruyen a los visitantes en elementos de reciclaje. Las categorías de recolección y la eliminación de elementos orgánicos en los productos son unas de las instrucciones. Todo este trabajo la empresa la realiza con un fin: que los consumidores incorporen en su decisión de compra el componente de la sustentabilidad.
El Reporte de sustentabilidad 2015 que la empresa ha presentado, destaca los logros que TriCiclos ha llevado a cabo. 528.287 personas visitaron los puntos limpios distribuidos en el país. El 71% de los usuarios asegura no consumir productos cuyo embalaje no sea reciclable. Además, 3.655.898 kg de materiales fueron recuperados y reciclados en 2015, que equivale a 20.676 toneladas de CO2.
Como se mencionó anteriormente, también se trabaja con empresas que solicitan su asesoría en temas productos sustentables. “Los ayudamos a entender dos cosas”, comenta Verónica, “cómo sus envases pueden alargar su vida útil y cómo comunicárselo al consumidor”. En este sentido, las empresas también deben hacerse cargo de la calidad de envases con las que trabajan e instruir a sus consumidores en prácticas sustentables.
Dentro de los valores de TriCiclos está en tomar conciencia sobre los costos externos de la empresa. “No hay incentivo para generar menos residuo”, argumenta Verónica. Por cuestiones como estas, las empresas no consideran el impacto externo de sus operaciones. El valor cero que la industria le otorga al impacto medioambiental al no valorizarlo, invisibiliza sus costos.
Desafíos de TriCiclos
La apuesta de TriCiclos es ambiciosa. Todo cambio de paradigma requiere de un fuerte cambio cultural en todos los actores sociales. La promoción de educación ambiental y la facilitación de herramientas para este cambio requiere de grandes aliados.
Verónica es optimista frente a la transición de lo desechable a lo reutilizable. “Existe una corriente en el mundo que va en pro porque el mundo se nos está acabando”, expone la gerente de TriCiclos. Las necesidades que hoy tenemos requieren de diferentes tipo de productos que tienen diversos impactos. A este ritmo, los recursos se agotan y la acumulación de residuos nos acarrea problemas como el evidente cambio climático.
“Necesitas proveerle a la población mundial un nivel de desarrollo sin aumentar su huella ambiental”, sostiene Verónica. La necesidad de innovar en el sistema de produccción y las prácticas que consumidores lleven a cabo es de suma importancia para combatir los problemas que nuestro desarrollo está acarreando.
El trabajo que han desarrollado en Chile lo están expandiendo a la región. La sede central de la empresa está ubicada en Brasil, la cual ha crecido de manera exponencial. “TriCiclos Brasil es más grande que la chilena en cuanto a número de puntos limpios y área de consultoría”, comenta Verónica. Tienen en la mira a Perú y Colombia. Ya trabajan en adentrase en el mercado local y generar redes para materializar su trabajo.