En un día primaveral y soleado, en CasaCo se preparaban para comenzar el ciclo de charlas D-mentes, una de las actividades de FiiS 2016. A las 10 de la mañana nos convocaba una nueva tendencia que está tomando fuerza en América Latina: el movimiento B.
En los últimos años, muchas personas han cuestionado el modelo actual de sociedad y economía en la cual vivimos. La explotación desmedida de recursos naturales, la explotación laboral y la inequidad mundial en cuestiones básicas como el agua, alimento, un techo, salud y educación, ha impulsado la reflexión crítica de si estamos obrando bien con el sistema que tenemos.
Cómo integrar los elementos sociales y ambientales en la gestión de las grandes empresas, es uno de los elementos que a María Emilia Correa le inquietó siempre. La acumulación de riqueza se ha transformado en el índice de éxito que las empresas persiguen, en desmedro del impacto social y medioambiental que generan. “Crece la economía y se acaba el gua, aumenta la obesidad infantil y se contamina el aire”, esboza María Emilia en la charla. En este sentido, esta emprendedora de origen colombiano, cree que “la empresa es un actor fundamental en la construcción de mejores sociedades”. Por eso parte del cambio debe venir de este rubro.
El movimiento B, busca generar nuevos métodos de éxito que, además de las utilidades, también trabaje por un bienestar de las personas y la naturaleza. Esta nueva ecuación viene a cambiar la forma en que las empresas se involucran con su entorno, entendiendo la interdependenia de todos los actores. “El problema que tenemos es cambiar la economía y para ello necesitamos a todos”, argumenta Correa. Los diversos roles que cumplimos en nuestra cotidianidad son necesarios para generar este cambio.
Una forma de visibilizar este cambio desde el sector empresarial son las Empresas B, concepto nacido en Estados Unidos en 2007. Estas invitan a los accionistas a considerar los intereses sociales y ambientales en sus proyectos, además de la rentabilidad financiera. “Me parece una innovación brutal para cambiar la forma en cómo las empresas toman decisiones”, argumenta María Emilia, poniendo énfasis en sus palabras con su expresión corporal decidida.
Así, por 2011, María Emilia junto a amigos con sus mismos ideales, tomaron el concepto Empresa B para traerlo a América Latina. Así nace Sistema B, organización sin fines de lucro que busca fortalecer a las empresas que tienen como propósito el bienestar de las personas y la naturaleza. María Emilia recuerda “cuando comenzamos a hacer cosas en 2012, nos dimos cuenta que habían miles de personas en América Latina que estaban en la misma búsqueda”. Así se propusieron idear mecanismos para certificar a todas las empresas que cumplieran una labor social y ambiental en el ecosistema presente. Hoy más de 260 empresas cuentan con certificación B en América Latina.
Pero no solo basta con la acreditación. María Emilia asegura que éste cambio es generacional. Los y las nuevos jóvenes están interesados en generar cambios sustentables. En este sentido, Correa sostiene “No puede ser que a los jóvenes de hoy se les enseñe como años atrás se enseñaba a sus abuelos”. Las universidades aún no integran este nuevo modelo económico, por tal, desde Sistema B, han integrado Academia B, el cual tiene como fin instruir a académicos y profesionales para que transmitan el conocimiento a nuevas generaciones.
¿Qué es lo que los latinoamericanos le podemos regalar al mundo hoy? María Emilia cree que este pensamiento “B” es una herramienta que la región puede entregar al planeta. “Siempre nos estamos comparando con el resto del mundo, no somos Japón, no somos Europa, pero Los Latinoamericanos nos encontramos a partir de una identidad colectiva”, comenta la expositora. Cómo desde la acción económica se puede impactar de forma positiva a todos los actores que nos rodea para generar un cambio social, es la enseñanza que se quiere entregar para el continente y el mundo.