La relación entre empresas, comunidades y gobierno se han comlejizado en los últimos años. Las problemáticas sociales y medioambientales han concientizado a los individuos frente a sus derechos y responsabilidades, siendo cada vez más exigente con los actores que conviven.
Algunas empresas han comprendido que el rol paternalistas y asistencialista que tenían con sus vecinos (comunidad del mismo territorio) es un mecanismo obsoleto, el cual no ayuda en la relación y progreso de la comunidad. El nuevo modelo de relación desarrollo sostenible, “propone al actor empresarial involucrarse con la comunidad que lo rodea, potenciando su valor como empresa y el valor de la sociedad”, define Claudio Giomi, gerente corporativo de sustentabilidad del grupo Arcor Argentina.
Para propulsar este nueva forma de relación compleja, diversas organizaciones han nacido con el propósito de guiar a las empresas a poner en práctica este modelo. Una de ellas es RedEAmérica, organización que tiene por objetivo nutrir de conocimiento a las empresas sobre la promoción de comunidades sostenibles en América Latina.
En palabras de Margareth Flórez, directora ejecutiva de RedEAmérica, el desarrollo sostenible de las empresas consiste en “acompañar y co-financiar a las comunidades”. Dentro de la labor que persigue la organización está en “construir capacidades en las comunidades e incorporar en las acciones de la empresa sus intereses de trabajar en alianzas y generar valores y prácticas democráticas”, agrega.
En base a la construcción y aplicación del desarrollo sustentable, Giomi declara que el grupo Arcor lo entiende como una gestión responsable orientada a la sustentabilidad, la cual es “un camino que una empresa recorre de manera gradual que tiene una visión integral que abarca toda la gestión de la compañía”. Los pilares de este desarrollo considera, al igual que el desarrollo tradicional, el crecimiento económico de la empresa, pero añade el valor social y medioambiental que la compañía puede otorgar a la comunidad.
En cuanto a la relación con la comunidad, Giomi destaca “toda empresa produce impactos negativos y positivos a través de sus acciones y la comunidad ofrece al sistema empresarial oportunidades y riesgos”. Por esto la necesidad de articular la relación entre estos actores para minimizar los elementos negativos y potenciar los beneficios. Desde RedEAmerica, argumentan que la sostenibilidad de las empresas depende del desarrollo de las comunidades del territorio, apelando a la participación para un equilibrio social.
Otro punto a destacar está en la inversión social, concepto que ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo. Si bien en un principio la forma en que las empresas obtienen sus ganancias no son de importancia, hoy en día se cuestiona aquellas prácticas que atenten con el medioambiente y el bienestar de la sociedad.
El gerente de sustentabilidad de Arcor destaca “la actividad que una empresa (sea de forma directa o a través de fundaciones) hace en relación a la sociedad con finalidades públicas”. Es decir, que el mecanismo que la empresa utiliza para generar ingresos no deben atentar con el medioambiente y bienestar de la sociedad, además de invertir parte de la ganancias en el desarrollo de las comunidades.