La igualdad de género es una pelea que data de mucho tiempo y que tomará mucho más para ser resuelta. Se está trabajando en la materia, pero, como todo cambio de paradigma, el proceso es lento. Se llama a la mujer a empoderarse, independizarse y no tolerar actos de violencia que antes eran considerados normales. Criar un hijo no es sólo tarea de mamá, también es de papá.
Por Sabrina Quezada
El desarrollo profesional no es sólo para los hombres, las mujeres también pueden embarcarse en la aventura, pero ¿estamos caminando a paso firme para todo aquello que aspiramos como sociedad igual?
En el seminario “mujer y empleo: equilibrando el mercado laboral” organizada por PwC Chile junto a la Universidad de Los Andes y Asociación de Empresas Familiares (AFE), había un grupo importante de mujeres dispuestas a prestar atención a la exposición, pero sólo un puñado de hombres con tiempo para tal evento. Es decir: una sala con proporción de género desigual.
Para que la incorporación de la mujer al mundo del trabajo sea efectiva, primero hay que modificar los conceptos que culturalmente hay arraigados de lo que significa ser hombre y mujer. El rol que las personas cumplen según su género socialmente está cambiando.
Álvaro Pezoa, profesor titular del Centro de Ética del ESE, sostiene “la empresa ha sido diseñada por hombres y pensada para el trabajo masculino”. La mujer ha debido competir en el mercado laboral demostrando sus capacidades, pero acarreando una gran responsabilidad que le ha sido delegada: la familia. “La mujer debe ser estratégica para entrar al mercado laboral”, manifiesta María José Bosch, profesora y directora del Centro Trabajo y Familia Grupo Security del ESE.
El cuidado de los hijos, la atención al marido y la responsabilidad del hogar, son parte de los desafíos culturales que en el país debe cambiar para una total inserción laboral femenina. El equilibrio entre el trabajo y la vida personal de los individuos es un factor clave. Bosch sostiene que “el problema está en que tenemos horarios rígidos de trabajo que impiden la compatibilidad familiar de las personas”.
Por otro lado, la responsabilidad familiar que hombres y mujeres deben enfrentar también debe cambiar. Verónica Cousiño, miembro de la Asociación de Empresas Familiares (AEF), argumenta “hay que eliminar el concepto de que el marido ayuda en la casa, hay que pensar en un trabajo en conjunto”. Reconocer responsabilidades iguales para ambos géneros sin categorizar quién está apto para uno y para lo otro, es uno de los pasos importantes que socialmente se deben dar.
La igualdad de género se construye otorgando oportunidades iguales. Se requiere de un cambio cultural profundo que reconozca capacidades, responsabilidades y obligaciones iguales, considerado a los individuos como seres multifacéticos que aparte de ser trabajador, también es ciudadano, familiar, etc.
Para hablar de igualdad de género, comencemos por un cambio cultural