Primer informe de las condiciones sociales en América Latina y el Caribe del BID “Pulso Social 2016: Realidades y Perspectivas” ofrece una radiografía de las condiciones actuales en la región a lo largo del ciclo de vida, e ilustra cómo la desigualdad está afectando más a los más pequeños.
Durante la última década la clase media de América Latina y el Caribe casi se duplicó y alcanzó a 186 millones de personas. “La región vivió una trasformación en todos los sectores” afirmó Héctor Salazar, Gerente del Sector Social del BID. “Entre el 2002 y 2014, cuando el crecimiento del PIB per cápita en la región fue mayor, la pobreza logró disminuirse a un ritmo del 11 por ciento y el tamaño de la clase media aumentó a un ritmo de 35 por ciento mayor en el primer sexenio que en el segundo”.
Aunque los beneficios del crecimiento económico desde principios de los años 2000 han contribuido a la expansión de la clase media, éstos no han sido aprovechados de manera homogénea por todos los países y grupos etarios. Como consecuencia, la región continúa siendo la más desigual el mundo y ésta afecta con especial fuerza a la niñez.
“Los niños se han beneficiado menos de los programas y transferencias para el combate a la pobreza extrema y de ahí la importancia de poner especial atención a la infancia ahora, ya que es precisamente en esa etapa de la vida donde comienza la desigualdad”, asegura Marcos Robles, economista del Sector Social y coautor del informe. La pobreza extrema que afecta hoy a los niños es tres veces mayor que la pobreza extrema entre los adultos mayores. Esto representa un retroceso ya que hace 20 años, en 1996, la pobreza extrema de los niños era el doble en comparación con la de los adultos mayores.
El informe muestra también que América Latina y el Caribe tienen aún un enorme reto pendiente con un segmento representativo de la población, que con ingresos de entre 5 y 12 dólares por día, es vulnerable de recaer en la pobreza.
Por otro lado, el estudio también explora las contribuciones de las mujeres a los ingresos laborales del hogar, los cuales han aumentado de un 28 por ciento en 1996 a un 35 por ciento en 2014. “El empoderamiento económico femenino está cambiando la dinámica familiar y transformando a las sociedades en la región” afirma Suzanne Duryea, economista del Sector Social y coautora del informe. Otros cambios en los hogares incluyen cambios en la estructura familiar. A diferencia del antiguo modelo de enormes familias viviendo bajo un mismo techo, actualmente es cada vez más común que los menores vivan más con sólo uno de los padres y los adultos mayores tiendan a vivir más solos o con su cónyuge.
El envejecimiento de la población también presenta nuevos desafíos para los gobiernos. Aunque actualmente, más del 50 por ciento de los adultos mayores en la región reciben algún tipo de pensión, es importante encontrar un equilibrio en el sistema de pensiones que no contribuya a incrementar el riesgo fiscal de los gobiernos. De ahí la importancia del monitoreo y análisis de los indicadores sociales clave.
Pulso Social expone además una serie de logros sociales de la región, tales como: la reducción de la mortalidad infantil en un 65 por ciento, la cobertura de agua potable de los hogares al 96 por ciento, el acceso prácticamente universal a la educación primaria y el incremento de la esperanza de vida, cuyo promedio es ocho años más que en el 1990.
Indicadores de medición y relevancia
Esta es la primera vez que una publicación utiliza como principal fuente de información las encuestas de hogares armonizadas de 22 países de América Latina y el Caribe. Con una base de datos, cuya cobertura abarca 7 millones de hogares y 28 millones de ciudadanos, respaldada a lo largo de dos décadas de indicadores sociales, Pulso Social 2016: Realidades y Perspectivas ofrece más de 25 tipos de indicadores económicos, sociales, demográficos y del gasto público con un enfoque de ciclo de vida, que permite brindar realidad y perspectiva de los retos y oportunidades que representa para un ser humano nacer en la región. Además, indaga la estructura del gasto social de los gobiernos de la región y ofrece un profundo análisis de las diferentes dimensiones de pobreza en América Latina y el Caribe que pueden afectar el capital humano.
Aumenta clase media en América Latina y el Caribe pero continúan retos de desigualdad y pobreza infantil