Por Milenka Brayovic, Docente y Analista de Calidad de la Escuela de Recursos Naturales Duoc UC
La llegada de la primavera implica cambios en el crecimiento y desarrollo de las plantas en general. Comienzan a desarrollarse etapas fenológicas tan importantes como la brotación y floración, en la mayoría de las especies.
Las especies de hoja caduca o que botan la hoja en invierno, salen de su estado de latencia, aumentando su actividad metabólica. Las especies de hoja persistente o que no pierden la hoja durante el invierno, si bien mantienen su actividad metabólica durante todo el año, en invierno, debido a las bajas temperaturas, disminuye. Sin embargo, en este período (primavera), hay igualmente mayor generación de brotes y flores.
El crecimiento vegetativo (brotes) y reproductivo (flores), significa una alta demanda de nutrientes y agua por las plantas. Si bien al comienzo de la brotación, la mayoría de los nutrientes los provee el mismo vegetal, por medio de sus reservas que mantiene en raíces y tallo, se hace necesario para su crecimiento y desarrollo posterior, proveer a la planta de estos.
Si hablamos entonces de crecimiento vegetativo en un comienzo, debemos asegurarnos de proveer a nuestras plantas de Nitrógeno. Sin embargo, no hay que exagerar en su aplicación, sobre todo en aquellas plantas en las cuales el objetivo es la fructificación, ya que al generarse un excesivo crecimiento vegetativo y brotación, los órganos (brotes y flores) comienzan a competir por nutrientes, entre otros aspectos, lo que provoca menor formación de frutos y de menor calidad.
En céspedes, es importante realizar esta aplicación, ya que así obtendremos mayor crecimiento y con esto, mejor cubrimiento del suelo. En plantas ornamentales, para la generación de hojas y tallo, también es importante aplicarlo, directamente al macetero.
Se debe considerar, que sin el riego, este nutriente no es absorbido por la planta, por lo que una vez aplicado el producto, se debe regar, cuidando siempre de no humedecer demasiado, para evitar perder el nutriente por lixiviación o hacia capas más profundas del suelo.
Una vez que comienza la etapa reproductiva, es importante aplicar elementos como boro y calcio, ya que, el primero participa en la formación del tubo polínico de la flor y el calcio, una vez que la flor se transforma en fruto, le da firmeza.
Las épocas de aplicación, para cada uno de los elementos mencionados, son:
Nitrógeno: a comienzos de primavera.
Boro y Calcio: apenas aparecen los primeros botones florales.
Luego, a medida que continúa el crecimiento, siempre es bueno aplicar fertilizantes compuestos, es decir, que contengan más de un elemento mineral, para así asegurarnos de suplir los requerimientos.
Otro manejo importante es eliminar los restos de plantas muertos, por ejemplo, por culpa de alguna helada, ya que estos tejidos se transforman en parásitos de las plantas, pues no aportan pero si consumen nutrientes y agua. También es importante, sobre todo en el caso de frutales, eliminar los llamados chupones, brotes vigorosos sin desarrollo de flores, que crecen casi de forma vertical y que lo único que hacen es debilitar al árbol.
Finalmente, al tener cultivos ya sean hortalizas o frutales, es importante estar atento a la ocurrencia de heladas primaverales, puesto que en esta etapa de crecimiento, son muy sensibles a ellas. La forma de prevenir es rociar agua sobre la planta antes de que caiga la helada.
Llegó la primavera! y el momento para comenzar a nutrir plantas y jardines