Tras el balance del período de Gestión de Episodios Críticos de este año, que arrojó un 18% menos de días críticos respecto de 2015, el experto de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez, sostuvo que esto se debe principalmente a que las condiciones meteorológicas fueron mejores a las del año pasado. “No se implementaron nuevas medidas. La prohibición del uso de la leña en días de alerta y preemergencia, o la restricción a catalíticos en días de preemergencia y emergencia son prácticamente las mismas medidas. No hubo una innovación mayor”, asegura.
Terminó el periodo de Gestión de Episodios Críticos y el Ministerio de Medio Ambiente sacó cuentas felices. Durante el periodo de vigencia de la GEC este 2016, se registró una disminución de nueve episodios críticos por mala calidad del aire en relación al mismo periodo del año anterior en Santiago.
El experto en modelos de pronóstico de contaminación atmosférica y ambiental de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez, sostuvo que la disminución de episodios críticos por contaminación se debe a las condiciones meteorológicas y no a acciones específicas impulsadas por el Gobierno sobre la materia.
“Corresponde preguntarse cómo fueron las condiciones de ventilación de este año con respecto al anterior. La respuesta es que estuvieron mejores. Entonces, sería incorrecto atribuir esta mejoría promedio de la calidad del aire de este año a la acción del Gobierno”, sostiene.
El académico del Departamento de Física del plantel estatal explica que “si se analizan las medidas nuevas que se adoptaron en 2016 respecto a las de 2015, la variación no es muy importante. No se implementaron nuevas medidas en comparación a las del año pasado. La prohibición del uso de la leña en días de alerta y preemergencia o la restricción a catalíticos en días de preemergencia y emergencia son prácticamente las mismas medidas. No hubo una innovación mayor”, asegura.
De acuerdo al académico, durante la GEC de 2015, la concentración promedio de material particulado fino (MP 2,5) fue de 46,3 microgramos por metro cúbico. Este año, dicha cifra bajó a 42,5 mg/m³. Es decir, una disminución de un 8,2%.
“En el mes de junio de este año, el número de episodios fue muy similar al mismo mes del año pasado, y las condiciones de ventilación estuvieron muy similares. En junio, tuvimos Copa América y el año pasado, en el mismo mes, también. Eso confirma el hecho de que cuando las condiciones de ventilación no varían, estamos en una situación en que la calidad del aire no mejora ni empeora demasiado, sino que solo depende de las condiciones de ventilación”, afirma.
El especialista complementa, señalando que las cifras de agosto, donde se registró una concentración de material particulado fino promedio mayor a la del año pasado (36,8 mg/m³ versus los 31,8 del mismo periodo del año anterior), se compensa con la situación de junio, donde en comparación al mismo mes de 2015, las condiciones de ventilación fueron mejores dada una mayor cantidad de lluvias.
“No podemos decir que la autoridad no tomó las medidas adecuadas en agosto de este año. Fueron las condiciones de ventilación las que estuvieron más desfavorables. En esa misma línea, es incorrecto señalar que la mejoría de la calidad del aire en 2016 se debió a las medidas de la autoridad, porque no hubo grandes nuevas medidas”, insiste.
El académico del Departamento de Física del plantel estatal agregó que “cuando ocurren empeoramientos, siempre se atribuyen a las condiciones meteorológicas y no a la falla en la gestión de la autoridad”.
Medidas de dudosa efectividad
El nuevo plan de descontaminación que entrará en vigencia el próximo año impulsa una serie de medidas para terminar con la contaminación, como la prohibición total del uso de la leña en el Gran Santiago y la restricción vehicular para los automóviles catalíticos anteriores a 2011.
Respecto a la prohibición del uso de la leña, el especialista reconoció que “es una medida que apunta en la dirección correcta, porque se ha comprobado que la incidencia que tiene la leña, aunque no sea el principal medio de calefacción, es significativa. No obstante, uno se pregunta hasta dónde puede tener efecto o acatamiento”.
“Solo un 20% de las estufas de este tipo están en el sector oriente de Santiago. El resto está al poniente, en sectores más populares. Lo más es que ahí sea el único medio de calefacción que se tenga. Entonces, mientras no se impulse una campaña más sistemática de reemplazo o de subsidio al reemplazo de la leña por otro tipo de calefacción, el grado de acatamiento no va a ser muy alto. Considerando ese factor, podría haber una mejoría solo del 10% en la descontaminación”, estimó.
Finalmente, respecto a la restricción a catalíticos, sostuvo que “ciertamente, no es una medida principal para descontaminar. La verdad es que hay ciertas dudas respecto a que esto traiga un mayor impacto si no va acompañada de una mejoría significativa en el transporte público. A la larga, incluso podría resultar contraproducente”.
Experto rechaza que disminución de episodios de contaminación se deba a medidas impulsadas por el Gobierno