El modelo teórico de la Verdadera Sostenibilidad de Empresa (True Business Sustainability), ideado por Katrin Muff, Decana de la Business School Lausanne de Suiza, sostiene que el enfoque principal no es la empresa como tal sino la sociedad y sus desafíos globales, generándose en consecuencia un valor positivo orientado al bien común.
En este sentido, la relación entre la True Business Sustainability y la teoría del bien común tiene que ver, no con la maximización del beneficio económico para unos pocos y la reducción del impacto negativo de la empresa planteado por la RSC (Responsabilidad social corporativa), sino con la creación de un impacto positivo orientado exclusivamente a la resolución de problemas o necesidades específicas de la sociedad y del planeta.
La empresa debe ganar dinero, pero no con un objetivo final en una lógica de acumulación o de maximización de utilidades, sino únicamente como un medio de intercambio y para permitir que la empresa se sustente a lo largo del tiempo. De hecho, diversos estudios demuestran que invertir para resolver las diversas problemáticas en la sociedad y en el medio ambiente por parte de una empresa, se traduce en un beneficio económico mayor en el largo plazo.
La teoría del Bien Común dista mucho de la Responsabilidad Social Corporativa. La RSC no va a cambiar el corazón de la empresa (modelo de negocios, la misión, los objetivos, el modo de producción, etc.), sino mas bien se presenta por añadidura para que la empresa pueda también crear valor para todos o una parte de sus grupos de interés o stakeholders. De esta forma es posible que una empresa, a través de sus acciones de RSC, cree valor positivo por un lado, y a la vez continúe generando valor negativo por el otro.
En los tiempos actuales, la motivación ética en la mayoría de los casos no es suficiente para convencer a un empresario de la necesidad de cambiar el modelo empresarial. Sin embargo, y esto es algo que se está viendo con mayor fuerza en las generaciones mas recientes, existen argumentos muy interesantes para quienes desean emprender y convertirse en empresarios por el bien común:
1. Los beneficios de imagen de la inversión en el bien común frente a la creciente conciencia de los ciudadanos sobre temas como medio ambiente (reciclaje, ecodiseño de envases y embalajes, uso de ERNC), comercio justo, cuestiones sociales (desigualdad social, educación, inclusión social, etc.), entre otros.
2. Invertir en el bien común significa invertir en la sostenibilidad de la empresa en el largo plazo. Grandes empresas han reconocido que la explotación de los recursos naturales y humanos, aunque rentable en el corto plazo, constituye una amenaza en el largo plazo.
3. El modelo del Bien Común se basa, no sobre la competencia y la maximización de beneficios, sino sobre la cooperación y las relaciones de confianza entre los diferentes actores involucrados (clientes, inversionistas, proveedores, trabajadores, generaciones futuras y medio ambiente).
De hecho las innovaciones más grandes se logran en periodos de paz, armonía y colaboración, y las empresas que adhieren al modelo de Economía del bien común en diversos países del mundo, han logrado en estas instancias potenciar satisfactoriamente la creación de relaciones de largo plazo y confianza entre los diferentes stakeholders.
Economía del Bien Común en lugar de la RSE en las Empresas