Lo cierto es que no lo sabemos con exactitud. Sin embargo, sí sabemos cuánto estamos invirtiendo los seis bancos multilaterales de desarrollo (BMD) más grandes del mundo. Esta semana se lanzó el quinto Informe Conjunto sobre Finanzas Climáticas de los Bancos Multilaterales de Desarrollo, 2015. En este informe se presentan estadísticas del dinero invertido en actividades relacionadas con cambio climático: un total de US$81 mil millones de financiamiento climático fueron movilizados para proyectos financiados por estos seis BMD el año pasado. Esto incluyó US$25 mil millones de recursos propios de los BMD y un apalancamiento de US$56 mil millones adicionales de otras fuentes privadas y públicas. Es importante destacar que los US$25mil millones incluyen recursos internacionales climáticos gestionados por los BMD, como del Fondo Verde para el Clima. Este financiamiento se distribuye a grosso modo 80% para reducción de gases de efecto invernadero (mitigación) y el otro 20% para acciones de adaptación ante los impactos presentes y futuros del cambio climático. Además, el informe permite saber en qué sectores se están invirtiendo los recursos, destacando los sistemas de agua y saneamiento entre las acciones de adaptación y las energías renovables entre las de mitigación. Este análisis financiero es importante para saber lo cerca que estamos en cumplir el compromiso del Acuerdo de Paris que tiene como meta movilizar como mínimo US$100 mil millones anuales para el año 2020.
¿Y por qué es importante el 2020? Acciones e inversiones rápidas y certeras en estos cinco años nos pondría en una trayectoria de reducción de gases de efecto invernadero (GEIs) factible; la inacción o la acción tardía hacen que la meta de mantenernos por debajo de los 2⁰C más que la media sea más cara, inclusive más difícil o hasta inalcanzable.
Pero existe algo que va más allá de los números, lo que podríamos considerar “la historia” tras los números. Para poder hacer esta publicación en conjunto, los seis BMD definieron una metodología común que permita hacer el rastreo de los montos que se invierten en cambio climático entre toda su cartera de proyectos. Este esfuerzo cobra relevancia puesto que los acuerdos climáticos internacionales como los logrados en París y Cancún fijan metas de financiación para hacer frente al cambio climático pero no especifican con qué metodologías y/o herramientas medimos el cumplimiento de estas metas. Sin esta métrica, ¿cómo sabemos si avanzamos?
El trabajo realizado por los seis BMD es un paso adelante, ya que no sólo refuerza nuestros compromisos individuales de aumentar considerablemente el financiamiento climático sino que también pone a disposición de entidades públicas y privadas una metodología que da mayor transparencia y ofrece comparabilidad estadística. Este trabajo de construir una metodología de medición, como herramienta de gestión del cambio climático, se va mejorando sobre la marcha para reflejar cada vez más fielmente los montos que movilizan los BMD a través de sus proyectos de desarrollo. Se espera que más adelante se pueda medir, por ejemplo, una “mayor resiliencia” de un sistema de producción agrícola o de gestión de una cuenca. Por ahora medimos los dólares como base para poder medir en un futuro próximo, los resultados de esos dólares y su efecto en una ansiada curva descendiente del calentamiento global.
Susana Cardenas
Susana es Especialista Senior en la División de Cambio Climático. Labora con el Banco desde 1999 en una diversidad de temas de sostenibilidad, cambio climático, y desarrollo e inclusión social, luego de trabajar en ONGs de derechos humanos y desarrollo. Cursó su Maestría en Políticas Públicas en el Harvard Kennedy School y su Licenciatura con especialización en Ciencias Políticas y Literatura en Wellesley College. Sus diversas tareas en el Banco le animan a estudiar continuamente las políticas y gestión gubernamental que fomenten, sin entorpecer, la capacidad y creatividad humana de crear bienestar colectivo. Sin embargo, su tarea principal es ser mamá de dos adolescentes conscientes quienes ponen de su parte para que vivamos en paz y prósperamente en un planeta viable.
Luz Fernández
Luz es PhD en Ingeniería Ambiental por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) con una tesis enfocada en las interacciones entre los instrumentos de mitigación de cambio climático y la reducción de la pobreza en Brasil, y tiene más de 10 años de experiencia trabajando como consultora, gestora de proyectos e investigadora en el diseño, monitoreo y evaluación de proyectos socio-ambientales y en el análisis de políticas climáticas en países en desarrollo. Luz comenzó a trabajar en el sector privado en España en una consultora enfocada en la compra venta de emisiones de CO2 bajo la directiva Europea del Comercio de Emisiones, y posteriormente fue directora en el departamento de Planificación del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI, una ONG local). Como parte de su trabajo doctoral, Luz ha sido profesora de posgrado en la temática de cambio climático y desarrollo, y ha trabajado como consultora e investigadora en proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático y de gestión de residuos sólidos en Brasil. Antes de unirse al equipo del BID, Luz trabajaba como consultora para la Fundación Avina en ocho países de América Latina, coordinando un proyecto piloto sobre reciclaje inclusivo desarrollado con fondos de la Iniciativa Regional del Reciclaje (IRR), lanzada con fondos del BID y del FOMIN. Como parte del equipo de la División del Cambio Climático del BID, Luz está trabajando en el tracking del financiamiento climático de las operaciones del Grupo BID y apoya el mainstreaming de cambio climático dentro del Grupo.
¿Cuánto cuesta lograr las metas del Acuerdo de París?