Las plazas y parques públicos del país consumen una cantidad importante de agua potable. Actualmente se habla mucho de sustentabilidad, que se relaciona al ahorro de agua, pero en las áreas verdes públicas es necesario ir más allá, hacia lo que se define cómo sostenibilidad: la relación del recurso con nosotros, los usuarios.
En estos espacios, se debe considerar la selección de especies vegetales en el paisajismo, por su consumo hídrico y, en algunos casos, los costos asociados a esto como el uso de energía eléctrica en sistemas de bombeo. Ahora, para que realmente sea sostenible un sistema de riego se debe considerar su duración en el tiempo, su permanente mantención y que no se vean los componentes del riego y sus protecciones, para que la instalación resista los accidentes y los pormenores.
Cuando se proyecta un área verde sostenible desde el punto de vista del agua, es muy importante no caer en contradicciones al diseñar parques y plazas públicas por la implementación de riego. Por ejemplo, al regar con manguera se ocupa gran parte de la mano de obra en esto y se descuida la mantención del área verde. También puede pasar que se deja algún sistema de aspersión de dudosa efectividad regando solo, para que se puedan hacer otras labores, sin embargo, cada vez se ven más mangueras perforadas tirando agua días enteros en bandejones centrales de calles y plazas, inundando y chorreando pavimentos y zonas de circulación.
Otras veces, se proyecta pensando en que el personal no será capaz de operar un sistema muy tecnológico y se diseña un riego con manguera, o se hace un sistema de riego “semi-automático” con aspersores y/o por goteo, pero con las llaves de paso manuales para prender y apagar en vez de instalar un programador que comande válvulas eléctricas, para regar el tiempo exacto necesario y en el horario más conveniente. Con estos sistemas muchas veces se ve al riego funcionando durante horas, cuando bastarían minutos para entregar el agua que requiere el jardín. Si se hiciera el cálculo, se vería que con el costo del agua perdida se pagaría en una o dos temporadas el sistema de automatización del riego.
Favorablemente las excepciones a la regla de sistemas de riegos manuales y artesanales se están incrementando. Ya no son sólo ejemplos los parques del sector oriente de Santiago, como el Bicentenario de Vitacura o el Parque Araucano los que aplican las tecnologías más modernas. El Parque Fluvial Padre Renato Poblete de la comuna de Quinta Normal cuenta con un sistema de riego sostenible que le permite regar por aspersión las superficies de césped y por goteo las superficies de cubresuelos, arbustos y árboles. Todo el riego está controlado electrónicamente por un programador central que riega de noche, con agua obtenida de las lagunas que se llenan desde el Río Mapocho.
Actualmente en varias comunas y ciudades de Chile, como Mejillones, Antofagasta, Copiapó, Paine, Pudahuel y San Joaquín, se están proyectando plazas y parques con sistemas de riego sostenibles, creyendo en la tecnología que permitirá aprovechar de la mejor manera los recursos y que el área verde sea aprovechada por mucho tiempo por sus usuarios.
Riego sostenible en parques y plazas públicas
