Por cuarto año consecutivo, el grupo Scotiabank hizo entrega del “Premio Scotiabank a Jóvenes Voluntarios”, el cual destaca a jóvenes talentos por su reconocida labor en beneficio y aporte en sus comunidades locales. Este año fueron tres los chilenos galardonados, en una ceremonia que se realizó el jueves 26 de mayo en la casa matriz del Banco en Chile.
Este reconocimiento, que forma parte del programa comunitario de Scotiabank, está dirigido a jóvenes entre 16 a 24 años, que hayan realizado un mínimo de cien horas de trabajo voluntario en una o más organizaciones benéficas, teniendo en consideración por lo menos tres de los seis pilares comunitarios instituidos por el banco: educación, arte, salud, servicios sociales, deporte y medioambiente.
En los cuatro años que lleva el premio, 12 chilenos han sido reconocidos, tomando en cuenta todos los países donde opera Scotiabank. Este 2016 fueron destacados 6 jóvenes de Canadá y 6 de mercados internacionales (tres de Chile) -quienes recibirán una donación de 2.500 dólares canadienses, que se destinarán a la organización benéfica de su elección, además de un tablet para uso personal.
“En Scotiabank queremos reconocer la labor que realizan los jóvenes, quienes aportan mucho a construir una mejor sociedad, abordando nuevos proyectos con miras a contribuir en sus comunidades, desarrollando su talento y su liderazgo; razón por la cual buscamos fomentar ese aprendizaje. Los jóvenes de nuestro país se han animado año tras a año postular y es un orgullo para nosotros tener a ganadores que representen a Chile a través de historias de motivación”, indicó Jacqueline Balbontin, Vicepresidenta de Recursos Humanos y Asuntos Corporativos de Scotiabank Chile.
Este premio demuestra el compromiso de Scotiabank con la inclusión y diversidad, en este caso con los jóvenes y el trabajo que realizan en sus comunidades. Cabe destacar, que Scotiabank Chile es adherente a Red Pacto Global Chile, entidad de las Naciones Unidas que en Chile funciona al alero de la UNAB.
A continuación, las historias de los tres ganadores locales:
Adriana Domínguez, 23 años, Santiago
Su primera experiencia como voluntaria fue en Buenos Aires, en la Fundación AFASIA, y fue ahí donde, tras compartir con los pacientes tuvo la idea de formar en la ciudad de Los Ríos, Ecuador, el proyecto “Huellas de Emprendimiento”. Esta iniciativa consistía en el desarrollo de emprendimiento en niños de 11 a 13 años en zonas vulnerables, de la mano de capacitaciones a cargo de voluntarios internacionales. Este 2016, buscó implementar este mismo proyecto en Chile, para así contribuir al desarrollo de los niños. En julio participó del primer grupo en la ciudad de Quevedo, dejándose motivar por la sonrisa de cada uno de los niños y permitiéndole seguir adelante en el mismo camino.
Montserrat Miquel, 22 años, Santiago
En febrero de 2014, esta estudiante de sociología fue invitada a ser parte de Fundación Basura, una iniciativa que se preocupa de la temática de la basura y el Medio Ambiente. La preocupación por el entorno siempre estuvo presente en ella y es ahí cuando empieza a hacerse cargo de actividades de capacitación para voluntarios. El ser la primera voluntaria permanente de la Fundación fue el cimiento para que un nuevo equipo de voluntarios empezara a hacer lo mismo y seguir su ejemplo. Para Montserrat, ser parte de la Fundación ha marcado un antes y un después, al convertirse en una ciudadana más responsable y consciente respecto al verdadero significado de la basura y de los cambios que se pueden generar con pequeños actos día a día.
Elías Meza, 22 años, Santiago
Su experiencia como voluntario en la Fundación Cristo Vive comenzó hace cuatro años, desde ahí el trabajo y contacto con las personas más vulnerables de su comunidad ha significado la concreción de un ideal que muchos jóvenes tienen: construir un país más justo, humano y fraterno. El 2015 en la población Quinta Bella de la comuna de Recoleta, fue un año de mucho compromiso con los pobladores y los niños de los jardines de la Fundación Cristo Vive, a quienes les han logrado dar un espacio de libertad y sana distracción en medio de una realidad marcada por la droga, el alcohol y la violencia. De la mano de otros voluntarios, Elías ha podido dar una esperanza de vida a personas que viven en situación de calle, otorgándoles un espacio para dormir, comer y sobretodo, para ser escuchados. Lo más importante que indica haber aprendido, es que las soluciones a los problemas de la comunidad pueden ser propuestas por ellos mismos.
Scotiabank otorga los Premios Scotiabank a Jóvenes Voluntarios