En el marco del panel de discusión “Políticas Públicas para el Emprendimiento Social en Chile” que realizó la Universidad del Desarrollo la semana pasada se dieron a conocer los resultados sobre Emprendimiento Social que incorporó el Global Entrepreneurship Monitor como parte del reporte 2015.
Además se presentaron las principales tendencias que ilustra preliminarmente el “Estudio Estructura y Dinámica del Emprendimiento Social en Chile” que realiza la UDD en conjunto con académicos de Leeds y Newcastle con el apoyo de Corfo y que se encuentra en ejecución.
En el marco del Estudio “Estructura y Dinámica del Emprendimiento Social en Chile” que está desarrollando la UDD con el apoyo de Corfo y que cuenta con la participación de académicos de las Universidades de Leeds y Newcastle se realizó la semana pasada el Panel de discusión, “Políticas Públicas para el Emprendimiento Social en Chile” en la Universidad del Desarrollo. A la actividad, encabezada por Hernán Cheyre, Presidente del Instituto de Innovación Social UDD–FMK, fueron convocadas destacadas personalidades del Ecosistema de Innovación y Emprendimiento Social.
En la oportunidad la Directora académica del GEM Chile, Vesna Mandakovic, presentó los resultados del GEM 2015 en lo que respecta a Emprendimiento Social, información que se desprende del tópico especial que se selecciona cada año.
Cabe destacar que el Global Entrepreneurship Monitor es el proyecto académico internacional más importante sobre medición de emprendimiento. Entre sus objetivos figuran: Medir el nivel de la actividad emprendedora; analizar los factores que la determinan y ayudar a la creación de políticas públicas que permitan mejorar el nivel de ésta. A la fecha han participado más de 100 economías.
El GEM 2015 reporta 1358 emprendedores en etapas iniciales en Chile; de los cuales 270 son emprendedores sociales. Según señaló Mandakovic el estudio revela que la edad promedio de los emprendedores en etapas iniciales tradicionales es de 39 años mientras que la edad promedio de los emprendedores sociales es de 40 años. Además se evidencia que los emprendedores sociales presentan mayores niveles de escolaridad que los emprendedores tradicionales.
En materia de género, a nivel internacional, se acorta la brecha entre hombres y mujeres que lideran emprendimientos sociales. Sin embargo, en Chile, se observa que los emprendimientos sociales liderados por mujeres representan sólo un 36% (46 % en emprendimiento tradicional). Respecto al tamaño del emprendimiento social, 64% de las organizaciones sociales tienen menos de 5 trabajadores, incluido el propietario, y la participación de voluntarios es de una razón de 1.39 voluntarios por trabajador contratado.
En lo que se refiere al acceso a las fuentes de financiamiento, éste se relaciona estrechamente con el nivel de escolaridad. El mayor financiamiento viene dado por inversionistas o capital de riesgo; amigos y en última instancia, bancos u otras instituciones financieras.
Entre los emprendedores de menores niveles de escolaridad, los privados suplen el rol de los bancos que no suelen acceder a préstamos de entidades bancarias. Además, el tema de la medición de impacto en los emprendedores sociales afecta la forma en que éste se financia. ¿Cómo miden el impacto a la hora de pedir esos recursos? “Un emprendimiento tradicional tiene un flujo de caja que mostrar”, según consignó la académica, “los emprendedores sociales no suelen tener un mecanismo para medir su impacto”.
Reflexiones de cara al diseño de políticas públicas
Pablo Muñoz, académico de negocios y sustentabilidad de la Universidad de Leeds, entregó la tendencia que muestran los resultados preliminares del Estudio “Estructura y Dinámica del Emprendimiento Social en Chile que finaliza en agosto.
La iniciativa busca informar e impactar principalmente a los desarrolladores de políticas públicas y otros grupos de interés sobre el emprendimiento social.
“El emprendimiento social en Chile y en otras partes del mundo sigue siendo emergente. La forma que hemos tenido de entenderlo es mirando casos individuales. Hay un énfasis desmesurado en estos casos que sólo inspiran e iluminan, pero poco dicen. Hoy informar políticas públicas sobre la base la realidad actual es irresponsable. Se necesita pasar a un siguiente nivel y tener una base de conocimiento. De ahí la importancia del estudio”, enfatiza.
Muñoz cuenta que la investigación busca entender cómo está estructurado el emprendimiento social y cómo se comporta. “La meta es llegar a 700 emprendedores en todo el país con la encuesta y de ellos entrevistar a 70 en profundidad. Se trata de un estudio desafiante porque es una encuesta larga”, explica.
La investigación cubre, entre otros aspectos: estructura, áreas de trabajo, roles, distribución geográfica, mercados, movilidad, crecimiento; desafíos sociales, medición e impacto; capital humano, estrategia, financiamiento, ingresos y rentabilidad. Además se analiza cómo establecen relaciones con el gobierno, con otras empresas privadas y con sus beneficiarios; entre otros temas. A la fecha se ha encuestado a 300 personas y se han realizado 30 entrevistas en profundidad, que permiten desprender algunas tendencias. Entre ellas la integración y dependencia de la comunidad y circunstancias locales.
“Hemos visto la relación con el lugar. La conexión emocional es más importante en los emprendedores sociales, ya que atienden problemas locales y la forma de atenderlo es con soluciones para la comunidad. Al tratar de ir afuera de la localidad ven que esa solución no puede ser adaptada; lo que es una complejidad”.
Además los emprendedores sociales generan mínimos ingresos; “el promedio es de un millón de pesos mensual. Ello nos habla de un sector muy precario e inmaduro; se pone en riesgo la sobrevida del negocio y el impacto que quieren lograr”. Según indica Pablo Muñoz se trata de personas altamente educadas, cuyos negocios no generan utilidades, reciben premios por su innovación, pero viven de premios, pero no del negocio.
“Hoy hay una dependencia del capital semilla”.
En su opinión, la política pública debería reconocer que ambos actores cumplen un rol público, en tanto solucionan problemas sociales.
“¿Cuál es el rol del emprendedor social? ¿inspirar o resolver problemas? Esa es la discusión más importante que hay que tener. No se deberían separar estos 2 actores. La política pública debería reconocer que ambos son parte del sector público y financiarlo a largo plazo, pero no a través de premios sino que como un contrato porque los dos aportan al valor social”, afirma.
También hay que considerar, añade Pablo Muñoz, la dificultad de los emprendedores sociales de evidenciar impacto medible, “porque el foco de su trabajo se centra más en resolver problemas más que en una idea de negocio”.
Los emprendedores que estén interesados en participar, pueden completar el cuestionario con 55 preguntas. Entre los participantes, se seleccionarán emprendedores sociales para una entrevista en profundidad. Pueden acceder al cuestionario pinchando aquí (Hipervínculo cuestionario https://es.surveymonkey.com/r/empsocial).
Además de Hernán Cheyre, Pablo Muñoz y Vesna Mandakovic participaron de la actividad: Cristián Figueroa, director ejecutivo del Instituto de Innovación Social FMK UDD; Maricarmen Torres, Coordinadora Subgerencia Ecosistema de Emprendimiento de Corfo; Pablo Kast, miembro del directorio del Instituto de Innovación Social; Sebastián Salinas, Director Emprediem Latam; Rodrigo Frías, Director ejecutivo Política de emprendimiento Lab UC; Clare Poolman, Coordinador de Desarrollo y Cooperación en Economía Real; Gianncarlo Durán, Subdirector Capacidades para la Innovación en Laboratorio de Gobierno; Antonio Lecuna, profesor investigador UDD y José Ernesto Amorós, Profesor Investigador UDD. Como invitado internacional Jonathann Kimmit, académico de la Universidad de Newcastle, quien expuso acerca de la realidad en Europa particularmente en Reino Unido en materia de políticas públicas y cultura.
Emprendedores sociales tienen una edad promedio de 40 años y un alto nivel de escolaridad