El Dr. Patricio Pérez, académico de la Universidad de Santiago que realizó el estudio que concluyó que la capital de Aysén presenta niveles similares de contaminación que Beijing (China), advierte que el uso de carbón como fuente de calefacción representa el 94% del total de las emisiones de material particulado fino (Mp 2,5) de esa ciudad.
Por Fernando Abarca Back
Este martes se decretó la vigésimo tercera alerta ambiental para la ciudad de Coyhaique en lo que va del año. Frente a esta situación, el autor del estudio que determinó que la capital de la XI Región ha tenido niveles de contaminación por hora tan altos que incluso superan a Beijing –una de las urbes más contaminadas del mundo-, el académico de la Universidad de Santiago Dr. Patricio Pérez, llamó a la autoridad a eliminar el carbón como fuente de calefacción en la zona.
Si bien el Dr. Pérez reconoce que el ministerio del Medio Ambiente ha tomado medidas para combatir la contaminación ambiental, que lograron reducirla en un 10%, afirma que ya en 2015 los niveles fueron bastante altos y generaron un número de emergencias ambientales promedio cercanas a las de la capital china.
Por eso, sostiene que las políticas implementadas apuntan a largo plazo. Para acelerar el proceso, el físico subraya que no se debe impulsar la utilización más eficaz de la leña, sino erradicarla definitivamente.
“Si se sigue pensando, que el camino correcto va por mayor eficiencia en el uso de la leña, creo que no es la solución. Por mucha exigencia que se haga, igual es un contaminante importante y por eso está prohibido en Santiago”, opina el especialista.
Agrega que “en definitiva la solución pasa porque se deje de usar la leña como sistema de calefacción en Coyhaique, dado que el 94% de la contaminación proviene de esta fuente. Al cambiar por un sistema de combustión más limpia, se acabarían las emanaciones tóxicas en Coyhaique, permitiéndonos llegar a niveles bajísimos”, sostiene.
Una decisión política
La concreción de tal planteamiento -insiste el Dr. Pérez- depende de una decisión netamente política, porque esta ciudad del sur de nuestro país reuniría las condiciones necesarias, para implementar un plan piloto que cambie la fuentes de calefacción.
“Coyhaique es una ciudad con un poco más de 60 mil habitantes, y precisamente el hecho de ser pequeña se prestaría para hacer un plan piloto que consistiera, simplemente, en reemplazar toda la calefacción a leña, por una limpia que podría ser a electricidad o gas natural”, explica el experto.
“Hacer eso, tendría un costo de siete millones de dólares anuales, lo que representa un valor bajísimo”, complementa.
La implementación de tal medida, y la comprobación empírica de sus beneficios, a juicio del Dr. Pérez, sería un incentivo relevante para adoptar soluciones similares en otras urbes de nuestro país, que presentan problemas serios de polución como Temuco, Talca, Chillán, entre otras.
Sin embargo, lo importante para el experto es que nuestra sociedad y sus autoridades, deben entender que el carbón es la verdadera fuente de contaminación, porque sus emanaciones representan el 94% y que para revertir la situación, es prioritario “adoptar una acción drástica para definitivamente reemplazar esta forma de calefacción”, concluye.
El estudio
De las conclusiones que se desprenden de la investigación, destacan que tanto Coyhaique como Beijing presentan material particulado fino (2,5) en el aire de alta peligrosidad para la salud. Por ejemplo, el grado de polución en la localidad asiática es equivalente a que todo el año se mantuviera en preemergencia. Por su parte Coyhaique no se queda atrás, pues su período más álgido que es el invierno, es similar, distribuida durante un año, a una alerta ambiental permanente.
El promedio de material particulado fino del periodo otoño- invierno en Beijing alcanzó 112 microgramos por centímetro cúbico, mientras que en Coyhaique 91, lo que es “altísimo” según el Dr. Pérez, quien repara en que las emanaciones diarias promedio, 82 y 53 respectivamente, superan con creces las recomendaciones propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Estos niveles son altísimos, porque hay que considerar que el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el promedio diario es de 25 microgramos por centímetro cúbico”, sostiene.
En ese sentido, el experto afirma que la comparación de datos, entre ambas urbes, demostró que nuestro país, no está muy distante de los lugares del planeta reconocidos por mantener los peores niveles de contaminación, y que asimismo, el problema no radica solo en Santiago, ciudad que tradicionalmente ha concentrado la atención en materia de contaminación atmosférica.
“Eso es preocupante, porque esta situación estuvo escondida durante un tiempo. Hace algún tiempo atrás, se creía que Santiago era la peor. Sin embargo, a medida que han aparecido datos y se han hecho mediciones, hemos comprobado que ciudades como Coyhaique están mucho más contaminadas que Santiago”, enfatiza el investigador.
