El estudio Chile Saludable, desarrollado por Fundación Chile y GfK Adimark, indica que cerca de un 31% de las personas lee la información nutricional de los alimentos y sólo un 37% de ellos la entiende.
Con el fin de advertir a los consumidores sobre el alto contenido de nutrientes críticos y calóricos; la nueva normativa de etiquetado busca guiar a los consumidores sobre los alimentos que, en el largo plazo, pueden ser nocivos para la salud.
La obesidad y los estilos de vida poco sanos se han convertido en una amenaza para la salud de los chilenos. Por esta razón, el nuevo reglamento de etiquetado busca advertir a los consumidores sobre el alto contenido de nutrientes críticos -el sodio, el azúcar y las grasas saturadas-, además del exceso de calorías en los alimentos. El objetivo de la normativa es orientar a las personas sobre los alimentos que –debido a su contenido- pueden contribuir en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión, la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, entre otros.
Sólo el 31% de las personas lee la información nutricional, y apenas un 37% de éstas dice entenderla. Además, 4 de cada 10 personas antepone consumir alimentos sabrosos ante los sanos y cree que la alimentación saludable significa comer sólo ensaladas.
Tal como revela el estudio Chile Saludable, realizado por Fundación Chile en conjunto con GfK Adimark, hoy existe dificultad para que las personas entiendan el etiquetado de los alimentos. El documento indica que sólo el 31% de las personas lee la información nutricional; y apenas un 37% de éstas, dice entenderla. El informe muestra que, entre las preferencias de los chilenos, 4 de cada 10 personas antepone consumir alimentos sabrosos ante los sanos y cree que la alimentación saludable significa comer sólo ensaladas.
“Es un tremendo desafío para la industria cumplir con los límites impuestos por la ley, ya que son bastante estrictos. Además, a la luz de la baja compresión del etiquetado por parte del consumidor, es necesario que el sector público y privado se hagan cargo de acortar la brecha de entendimiento sobre rotulación para lograr que ésta cumpla con su espíritu de generar una nutrición más saludable” explicó Andrés Barros, gerente de Alimentos y Acuicultura de Fundación Chile.
Hacia la comida saludable
La nueva rotulación pretende impulsar a las empresas a hacer ajustes en los alimentos a través de la reducción y sustitución de los nutrientes críticos o respecto del desarrollo de nuevos productos que incluyan compuestos más naturales. En esta línea, surge un desafío tecnológico para la industria debido a que el reemplazo de ingredientes- como por ejemplo stevia por azúcar- supone un trabajo mayor.
“A largo plazo, la iniciativa busca que la advertencia incite preferencias más sanas, lo que se alinea con la tendencia mundial de alimentación saludable y etiquetas limpias, además de confrontar los alarmantes índices de obesidad, sobrepeso y enfermedades crónicas asociadas. Este contexto genera un espacio de innovación en el desarrollo de una nueva generación de productos, más sanos, menos procesados, con rotulaciones amigables e ingredientes más naturales; siguiendo lo que vemos en países desarrollados” agregó el experto de Fundación Chile, Andrés Barros.
¿En qué consiste la normativa?
La ley (N° 20.606) exige que los alimentos que tengan sodio, azúcares o grasas saturadas añadidas o que sobrepasen los límites máximos establecidos, no podrán ser publicitados a menores de 14 años, ni comercializados en establecimientos escolares. Además, deberán ser rotulados con una advertencia “Alto en”, según las características relativas al componente, incluyendo los límites en las calorías.
31% de los chilenos lee la rotulación de los alimentos
Fuente: Fundacion Chile