Esta columna fue originalmente publicada en el blog Energía del Banco Interamericano de Desarrollo BID.
Los políticos están empezando a darse cuenta del poder de la tecnología renovable. En septiembre de 2014 el primer ministro indio Narendra Modi se comprometió a utilizar las energías solar y eólica (100 GW de cada uno en los próximos diez años) para proporcionar acceso a la energía a 300 millones de personas en su país. Modi incluso hizo una declaración conjunta con la Casa Blanca sobre la importancia de aumentar el acceso a energía. Este tipo de acción política es necesaria para lograr el objetivo de SE4All de alcanzar el acceso universal a los servicios modernos de energía para el año 2030. Asia y África tienen un largo camino por recorrer para proporcionar acceso universal a la energía, pero América Latina y el Caribe está cerca de alcanzar la meta porque la mayoría de los países tienen 90% o más de acceso a la electricidad. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), socio de SE4All, ha liderado esfuerzos para lograr el acceso universal en la región a través de un centro regional, Energía Sostenible para Todos en las Américas.
Durante el lanzamiento de la iniciativa de SE4All Américas en Santiago, Chile, en octubre de 2014, el presidente de Chile, Michelle Bachelet, anunció que, “La democratización de la energía debe ser el signo de nuestro tiempo”. Chile ha alcanzado 98% de acceso y ha realizado grandes inversiones en energías renovables como la energía solar y el viento, que se puede utilizar para llegar a las poblaciones rurales con las condiciones adecuadas para la tecnología. Proporcionar acceso a la energía a todos requerirá el tipo de compromiso político mostrado por Modi y Bachelet. Si otros líderes de la región se unen a la Presidente Bachelet en el apoyo a la democratización de la energía, existe la oportunidad de hacer un cambio verdadero.
El uso de la energía renovable tiene beneficios de largo plazo Por ejemplo, según el Informe sobre la Situación Mundial de REN21, puede tener un impacto positivo en la salud y puede reducir la pobreza y lograr una mayor igualdad de género. Por esta razón, es importante que los gobiernos tengan un compromiso político para lograr el acceso universal. En América Latina y el Caribe, dos países ya han logrado el acceso universal (Barbados y las Bahamas) y tres se encuentran a unos pocos miles de hogares de lograr el acceso universal. Trinidad y Tobago está a 3.800 viviendas de alcanzar la meta y Uruguay y Costa Rica están a 5.000 y 12.000 viviendas de hacerlo, respectivamente.
Alcanzar el acceso universal, trátese de 3.000 o 300.000 hogares, requiere un compromiso político porque a menudo éstas residencias están ubicadas en zonas remotas o aisladas. En Chile, el BID ayudó a financiar un proyecto con CONAFE en el norte del país para conectar 3.100 casas aisladas con sistemas fotovoltaicos PV fuera de la red. Los sistemas fotovoltaicos, los cuales fueron instalados en 2006, han seguido funcionando 24 horas al día, siete días a la semana y se espera que tenga otros 12 años de vida. El éxito del proyecto se debe al hecho de que el mantenimiento regular se estructuró en el costo del proyecto.
Muchos de los beneficiarios de los sistemas fotovoltaicos son pastores de cabras en áreas rurales, y han sido innovadores en la forma en que utilizan los sistemas. Heriberto Castillo, un pastor que vive en las montañas fuera de Pisco Elqui, explicó cómo, además de escuchar la radio e iluminar su casa, también usa las luces para ahuyentar a los pumas y otros depredadores de la noche, protegiendo así a sus cabras, fuente de su sustento. Proyectos de energía renovable como éste en Coquimbo, Chile tiene un impacto significativo en la vida de las poblaciones rurales y ayudan a alcanzar las metas de Energía Sostenible para Todos.