Si de algo estamos todos claros es de que nuestra sociedad actual tiene serios problemas y de que la avaricia de unos pocos ha causado graves daños a una gran masa de población. Un ejemplo de esto es que Chile es el país de la OCDE con mayor brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre de la población.
Desde mi punto de vista, lo anterior se debe a que nuestro actual modelo nos ha cambiado el foco de atención de la economía, hemos sacado del centro al Ser Humano y poniendo en su lugar al dinero.
Hoy en día, si preguntamos a un grupo de jóvenes ¿Por qué comenzarías un emprendimiento?, la respuesta generalmente es “por ganar dinero”. ¿No debiera ser la motivación principal el satisfacer una cierta necesidad de la comunidad?, ¿Qué pasó con aquel antiguo panadero que hacía su producto por “amor al arte” de panificar y por responder a una necesidad de sus conciudadanos?
En ese caso el dinero era solo una retribución por la tarea realizada y un medio para poder seguir haciendo aquel rico y crujiente pan cada mañana. Al parecer hoy es más importante ganar dinero que satisfacer una necesidad, lo que es una gran pena.
Para poder salir de esta cuestión, a mi juicio, lo primero que debemos hacer es dejar el personalismo de lado y sacar de nuestros cerebros la palabra COMPETIR, reemplazándola por COLABORAR. Este cambio de paradigma del cual cada día se está hablando más nos hace dejar de pensar únicamente en el YO y comenzar a pensar en NOSOTROS. Debemos mirar al del lado y sus necesidades. Si todos hacemos lo mismo, alguien también verá mis necesidades y saldremos todos favorecidos.
Gracias a esta visión más colaborativa es que se han generado una serie de iniciativas que buscan volver a posicionar al Ser Humano en aquel lugar de preponderancia en el sistema económico que nunca debió haber perdido, de poner a las empresas al servicio del Ser Humano y no al revés.
De estas iniciativas que han sido llamadas “Economías con Rostro Humano”, quisiera destacar un modelo que es el de Comercio Justo, no por ser mejor que las otras sino por ser la más afín a mi desarrollo profesional, sin restarle el justo mérito que también otras tienen.
El Comercio Justo está definido como una relación comercial basada en la confianza, el diálogo y la transparencia, que busca equilibrar la balanza del comercio internacional. Busca romper las barreras entre pequeños productores y grades empresas, preocupándose de un trato justo a los proveedores, a los trabajadores y al medioambiente.
Todas las empresas, sin importar su tamaño, que quieran ingresar a este mundo deben pasar una exigente auditoría de una entidad externa que certifica que se cumplen con los preceptos del protocolo, lo que nos asegura que no son solo bonitas palabras, sino que hay mucho contenido detrás de cada sello.
Este modelo tiene un gran plus que corresponde a una pequeña cantidad de dinero que se genera por cada unidad vendida y que va directamente a una asociación de trabajadores de la empresa certificada y que debe ser usada en proyectos que busquen mejorar la calidad de vida de la comunidad interna o externa de la empresa. Este fondo es administrado democráticamente por los trabajadores, lo que produce mayor inclusión y mejor focalización de los problemas.
La existencia de un Comercio Justo, implica necesariamente el hecho de que hay un Comercio “Injusto”, cosa que hoy en día todos podemos comenzar a cambiar, ya sea desde dentro de las empresas, implementando este u otros modelos similares, o bien como CONSUMIDORES CONCIENTES, prefiriendo siempre estos modelos alternativos al comercio convencional y que no solo satisfacen nuestras necesidades sino también nuestra intensión de construir un mundo mejor.
Autor
Rodrigo Constandil Córdova. Sub-Gerente de Sostenibilidad y Certificaciones. S.V. Miguel Torres S.A. – Chil Ingeniero de Ejecución en Industria Alimentaria, Universidad de Santiago de Chile. Especializado en Sistemas de Gestión Integrados, Sustentabilidad, Responsabilidad Social y Comercio Justo. https://migueltorres.cl/
Integrante del Comité de Normas para el Código Nacional de Sustentabilidad de la Industria del Vino – Asociación Gremial Vinos de Chile Desde el año 2007 está a cargo de los departamentos de Sostenibilidad y de Calidad, que incluye las certificaciones de Agricultura Orgánica, Responsabilidad Social y Comercio Justo bajo el protocolo Fair For Life de IMO y del Código Nacional de Sustentabilidad de Vinos de Chile y normas de la familia ISO. Además es la persona a cargo de la elaboración de los Reportes de Sostenibilidad bajo las directrices GRI.
Comercio Justo, Una forma de Cambiar el Paradigma Económico
