Por: BH Compliance
Las más de 200 mil pequeñas y medianas empresas chilenas requieren certificar sus procesos internos para prevenir delitos económicos, situación que puede resultar contraproducente si no se tiene una política corporativa real al respecto.
La imagen de la industria empresarial en Chile ha quedado dañada después de la ronda de malas prácticas en grandes compañías que salieron a la luz durante 2015 y en lo que va de 2016, algo que sin duda afecta directamente a las pymes, que están expuestas de igual forma a estas situaciones irregulares. Sin embargo, ellas tienen una ventaja: son más pequeñas, por lo tanto es fácil acotar la educación interna e implementar prácticas de compliance.
La gerente comercial de BH Compliance, Susana Sierra, explica que los dueños o administradores de pymes cuentan con un mayor contacto con sus colaboradores, por lo que pueden transmitir el compromiso con su propio buen comportamiento. “Asimismo, cuentan con un menor número de empleados lo que hace más fácil la labor de controlar el buen comportamiento del personal, por lo que las pymes pueden resultar ser un verdadero ejemplo para las empresas más grandes”, señala.
¿Cuál es la importancia de esto? Evitar que se cometan delitos en pequeñas empresas. Y es que en 2009 comenzó regir en el país la Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas, a la que están afectas todas las empresas nacionales sin importar el tamaño. Sierra explica que a grandes rasgos, la normativa dice que las compañías son responsables penalmente por delitos que cometan sus empleados. “Frente a determinados ilícitos, se especifican sanciones como multas, pérdida de beneficios fiscales, prohibición de participar en negocios con el Estado e incluso su cierre”, indica Sierra.
Dentro de este contexto, es recomendable que las pequeñas y medianas empresas establezcan sistemas reales de organización y gestión eficaces, específicos y adaptados a su realidad. “Las pymes son el verdadero motor del país y deben adaptarse a lo que ya tienen, pensando en prevenir estos delitos financieros, ya que de esta manera—una vez sea obligatoria la ley de Responsabilidad penal—su adaptación será completamente natural”, advierte.
BH Compliance creó una metodología especial para pymes, no pensando en que se llenen de políticas, sino que adapten los modelos acorde a su realidad. Es un programa simple que busca que, por muy pequeña que sea, la empresa, tenga los controles adecuados para prevenir estos delitos económicos.
Para realizar este programa de Compliance y Ética empresarial es necesario que los dueños o administradores de las pymes adquieran un compromiso real, para realizar todas las medidas necesarias para lograr que la empresa se desempeñe en forma legal y ética.
Consejos en Compliance para pymes
- Predicar con el ejemplo.
- Capacitar a los colaboradores en lo “que no se puede hacer”.
- Evaluar en qué instancias se relaciona con funcionarios públicos, y crear protocolos para estas circunstancias.
- Ocuparse de las salidas de caja de la empresa: cada pago a proveedores debe ser contra una entrada de servicio.
- Efectuar donaciones a instituciones que conozca; ocuparse del destino de su aporte y hacer seguimiento.
- Analizar qué riesgos tiene la empresa de ser utilizada para lavar activos, sobre todo, a través de proveedores. Recuerde que un lavador de activos, lo que busca es obtener una factura, o algo que demuestre que tuvo ingresos.
- Revisar la relación con la comunidad donde está inserta la empresa; si no lo quieren, algo está haciendo mal.
- Entregar herramientas, seguridad y confianza a los colaboradores para que hablen con la firma en caso que detecten anomalías en ella.
- Recordar que si ocurre una irregularidad financiera, el culpable será la empresa, no por cometer el delito, sino por no cumplir con el deber de dirección y supervisión; por no entregar las herramientas adecuadas a sus colaboradores para que esto no ocurra.
- Dejar evidencia de las acciones que lleve a cabo su empresa.
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