En esta época en la que probablemente uno visite algún centro comercial para comprar regalos navideños, resultaría poco usual pensar que sí no encontraste el artículo que buscabas, es porque el cambio climático tuvo algo que ver ¿no es así?
Esta relación se puede explicar cuando recordamos que más del 80% de la mercancía comercializada en todo el mundo se mueve con base en rutas marítimas a través de las costas y puertos comerciales de los países.
El cambio climático implica temperaturas más altas, una mayor frecuencia e intensidad de eventos extremos tales como las ondas de calor y tormentas, y un aumento en el nivel del mar. Así, los puertos son particularmente vulnerables al cambio climático, puesto que se encuentran en zonas costeras en donde pudiera presentarse un aumento del nivel del mar o cambios en la intensidad de los regímenes de olas y tormentas.
El cambio climático podría influir en condiciones de vientos extremos las cuales pueden afectar la navegabilidad y maniobrabilidad de los buques grandes dentro de los puertos y dificultando la descarga y la distribución en el país de las mercancías que traía el buque por ejemplo. O bien, si se dieran cambios en la intensidad de lluvias podría ser un problema importante para algunos puertos ya que aumentaría el riesgo de inundación de las áreas de almacenamiento, o bien darse una interrupción del manejo de mercancías a causa de la lluvia, etc.
Aún más, dada la importancia económica del sector transporte y de la infraestructura marítima como lo son los puertos, uno se pregunta ¿qué se puede hacer para asegurarnos que -en un mundo donde el cambio climático es una realidad-, estos puertos sigan operando de manera eficiente asegurando el abasto de bienes y productos que demanda la sociedad?
Haciendo frente a esta pregunta, el Puerto de Manzanillo en México (mediante la Administración Portuaria Integral del Puerto de Manzanillo, S.A. of C.V. -API Manzanillo), con el apoyo del BID cuenta ahora con un estudio que le ha permitido evaluar los riesgos y oportunidades relacionados al cambio climático y posibles maneras económicamente viables para atenderlos a través de un Plan de Adaptación. El puerto de Manzanillo es considerado el puerto más importante en el Pacífico mexicano siendo la principal entrada de mercancías de comercio exterior en México. Ante esta magnitud, es fácil imaginarse que en caso de que por ejemplo una tormenta extrema azotara el puerto, este podría detener sus operaciones por unos días lo cual afectaría el abastecimiento de productos y resultaría en anaqueles vacíos en tu mercado local o centro comercial.
Dado que el cambio climático ya ha empezado a alterar la oferta y demanda de productos y servicios y el desempeño de infraestructura estratégica, resulta urgente que tanto los gobiernos como las empresas tomen decisiones y acciones que aseguren la sostenibilidad económica, social y ambiental a largo plazo.