La semana pasada, la Expo Milano 2015 llegó a su fin después de seis meses deliciosos. Millones de personas pasaron por sus pabellones gigantescos para degustar la mejor comida de 140 países bajo el lema “Alimentar el planeta, energía para la vida”. Bolivia presentó “La quinua, un futuro sembrado hace miles de años”, afirmando que la mamá chisaya, o “madre de todos los cereales”, como los agricultores tradicionales bolivianos llaman a la quinua, podría ser una solución para el abastecimiento sostenible de alimentos.
Aparte de su valor altamente nutritivo, la quinua necesita mucha menos agua para su cultivo que el arroz. Según el Ministerio de Agricultura del Perú; el arroz requiere en promedio 15.000 metros cúbicos de agua por 1 hectárea mientras que la quinua sólo necesita 1.000 metros cúbicos. Lo que lo hace un cultivo altamente consciente del agua. A lo largo de la costa del Perú, conocida por sus condiciones áridas y desérticas, el agua dulce es un recurso limitado; el Ministerio de Agricultura de Perú está alentando a los agricultores tradicionales para hacer el cambio de arroz a quinua a través de su programa de Proquinua.
Según la FAO, la fuerza de la quinua radica en su gran capacidad de adaptación a la variabilidad climática. El Instituto Nacional Boliviano de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) clasificó la quinua entre las 21 semillas más resistentes al cambio climático y una excelente alternativa de cultivo frente al cambio climático.
Entonces, ¿de dónde viene la quinua?
La quinua puede ser nueva para el paladar global, pero se ha comido de forma continua durante 5.000 años en las regiones andinas de Perú, Bolivia, Ecuador y Chile. La leyenda describe cómo un ave sagrada de los Incas los bendijo con el “grano de oro”.
Siglos más tarde, la quinua todavía es producida predominantemente por agricultores tradicionales y asociaciones en las tierras altas de los Andes. Bolivia y Perú son los mayores productores mundiales de quinua; junto con Ecuador, los tres países representan el 80% de la producción total de la quinua a nivel mundial.
Mientras que unas pocas empresas estadounidenses comenzaron a trabajar con los agricultores bolivianos en la década de 1980 para vender la quinua en las tiendas estadounidenses de lujo, sólo en los últimos tres años que los productores de alimentos internacionales se unieron a la tendencia del súper-alimento quinua.
Esto se debe principalmente al aumento de la demanda en los mercados estadounidense y europeo. Las importaciones estadounidenses aumentaron de 7,66 millones en 2007 a 68,9 millones de libras en 2013. Y su precio en más del doble, desde 72 centavos a $ 1.56 la libra.
Pero, ¿puede la quinua realmente ser una fuente viable de alimentos para la seguridad alimentaria mundial?
La Quinua y la Agricultura Climáticamente Inteligente
El cambio climático es un reto universal para la seguridad alimentaria mundial. Mejorar la manera en que manejamos los sistemas agrícolas y los recursos naturales es fundamental.
A lo largo de la cadena de la quinua, hay varios actores: los agricultores tradicionales, asociaciones, fabricantes e importadores internacionales. En los últimos años, muchos agricultores andinos han concentrado sus esfuerzos en la quinua, sin estrategias de rotación para asegurar el rendimiento y uso de la tierra. El cambio climático y sus efectos en el uso de la tierra es también un factor de aumento. El Fondo Multilateral de Inversiones, miembro del Banco Interamericano de Desarrollo, aprobó un proyecto de cooperación técnica de $3.900.000 para trabajar con los productores de quinua en Bolivia para mejorar la resiliencia al cambio climático mediante la adopción de mejores técnicas de producción.
Mientras el mundo centra su atención en la COP21, París a finales de noviembre, la agricultura climáticamente inteligente es el gran ausente de los principales foros. La Alianza Global para la Agricultura Climáticamente Inteligente, creada en 2014 en la Cumbre del Clima de la ONU en Nueva York, podría convocar a los actores principales. Sólo el Foro Mundial de Paisajes está organizando un evento para discutir las barreras y oportunidades para la ampliación de la agricultura climáticamente inteligente.
Si la quinua se ha de considerar una solución para hacer frente a la seguridad alimentaria mundial, debe llevarse a cabo una planificación adecuada por parte de todos los representantes de las cadenas de valor – locales y globales – para asegurarse de que se sigue produciendo de forma sostenible en los siglos venideros.
Foto Crédito: Luis Carrera, Creative Commons