Corresponsabilidad social para la reducción del plástico. El plástico, derivado del petróleo, se encuentra en miles de formas y usos. Es prácticamente imposible decir que nunca lo has usado. No obstante su gran utilidad, es también un gran contaminante que tarda cientos de años en descomponerse, e incluso miles de años, dependiendo del tipo que este sea. Contamina los suelos y las aguas, puede intoxicar a las personas (con el disruptor endocrino bisfenol A o los ftalatos) y mata millones de animales marinos que se ven atrapados en él, o que lo consumen confundiéndolo con alimento.
La asociación europea, representante de los fabricantes de materias primas plásticas (PlasticsEurope), realizó un estimativo para el 2013 de la cantidad de plásticos producidos a nivel mundial, considerando que se generan aproximadamente 299 millones de toneladas. Esta escandalosa cifra nos da una idea de lo que nuestro planeta esta recibiendo.
Es cierto que en las últimas décadas, la población se ha concientizado aún más sobre reducción, reutlización y reciclaje, especialmente del plástico. Y también lo es, que hay cada vez más usos ingeniosos de este material (construcción de casas, pavimentación de carreteras, tuberías de riego con plástico biodegradable -en investigación actualmente-, entre otros). Sin embargo, los esfuerzos siguen siendo ínfimos y atomizados para la reducción del uso de este material en nuestras vidas.
Al mirar cuidadosamente propuestas ciudadanas, como por ejemplo #30DíasSinPlástico (Se puede ver la estrategia completa en: https://laverdadsobreelplastico.com), podemos observar que un ciudadano socialmente responsable podría disminuir el uso de este elemento y contribuir así a producir menos contaminantes. Pero una pregunta surge: ¿Podemos eliminar un 100% del consumo de plástico en nuestra vida diaria? ¿O por lo menos del plástico desechable? La respuesta lamentablemente es que “no” (si algún lector me indica que lo ha hecho, por favor compartir su experiencia). Podemos llevar bolsas reutilizables al mercado, utilizar nuestro vaso o portacomidas en las cafeterías, y en fin, otras pequeñas cosas…pero ¿Serán suficientes estos esfuerzos? Ciertamente no, si estos no se unen a los de otros actores.
La problemática del plástico es un caso en que la corresponsabilidad, de diferentes actores, es necesaria para tener un impacto positivo real en la reducción del mismo. Por ejemplo, las empresas productoras de alimentos, y de otros bienes de alto consumo juegan un rol preponderante. Dentro de su responsabilidad social y más específicamente en la materia fundamental de asuntos de consumidores, deberían establecerse estrategias para reemplazar los empaques plásticos por unos ambientalmente amigables. Así mismo, los almacenes de cadena, podrían incentivar a sus proveedores con este fin. Los restaurantes utilizar vasos de vidrios y cajas de cartón para la comida para llevar. Otro tipo de empresas, que utilizan el plástico, podrían generar productos que no sean desechables, sino reciclables o reutilizables. Por otro lado, los gobiernos nacionales y locales, como parte de la Responsabilidad Gubernamental, deberían emitir leyes y normas para restringir el uso de materiales plásticos, para un consumo responsable y para un aumento del reciclaje en la fuente de estos productos.
En conclusión, una verdadera reducción del plástico en nuestro planeta, sólo se dará cuando se presenten estrategias de corresponsabilidad social tripartita (Gobierno – empresas – individuos), con un verdadero compromiso por el medio ambiente y la salud.
Corresponsabilidad social para la reducción del plástico. Por Clara Betancourt @SomosRSD