El concepto de cambio climático puede sonar trillado, apocalíptico, incómodo y hasta alejado de la realidad cotidiana. En muchos casos aparece como un tema etéreo que se endosa a los gobiernos de turno, así como el hambre, la desigualdad o las guerras al otro lado del mundo. Con esto sólo logramos desconocer el potencial e impacto que tiene la sumatoria de acciones de TODOS los sectores de la sociedad: Gobiernos, corporaciones e individuos.
Hace poco la Agencia Estadounidense Oceánica y Atmosférica NOAA, por su sigla en inglés, reveló que el 2014 fue el año más caluroso en la historia de los registros desde 1880 aproximadamente. Este reporte coincide con los estudios hechos en forma paralela e independiente por la NASA.
El punto es que nos estamos acercando o hemos llegado ya a un momento en el que es cada vez más caro hacerle el quite al tema, bien sea como nación, como empresa o como individuo que consume y tiene el poder diario de elegir lo que compra y con ello de preferir productos con bajo impacto ambiental.
La información como clave del cambio
La información y el análisis de lo que hacen las empresas y los gobiernos para enfrentar el desafío climático no puede darnos lo mismo. Conocer y tomar decisiones informadas es un mecanismo eficaz y un arma muy poderosa en manos de cada individuo para revertir la tendencia que nos plantea el futuro del planeta.
En 2010 Harvard Business Review habló en un artículo de la ONG ambiental más poderosa de la que no se había escuchado hablar, refiriéndose al Carbon Disclosure Proyect CDP como una institución independiente que se enfoca en trasformar el sistema económico global a partir de una premisa: Pedir a las grandes corporaciones información detallada y periódica sobre el manejo de sus emisiones y el uso de energía a nombre de los más de 900 inversores globales cuyas decisiones de mercado están considerando el manejo de riesgos ambientales futuros.
Hoy el foco no solo se centra en reportar la información solicitada por los inversionistas. Este es un insumo que lleva a que las grandes empresas como P&G inviertan y pongan en sus pilares estratégicos planes para disminuir sus emisiones haciendo que la huella de sus productos disminuya y con ella la de los consumidores que los eligen
Es interesante como el impacto del compromiso que las empresas de consumo masivo tienen frente a estos temas se traslada masivamente, pues cada día millones de personas en el mundo optamos o no por sus marcas. Por esto, las elecciones cotidianas son un mecanismo potente para revertir la realidad climática, la variable precio entra a ser una más junto con la gestión responsable y la eficiencia ambiental a la hora de elegir. Estos últimos temas ya no nos deberían dar lo mismo como consumidores.
Este artículo ha sido patrocinado por P&G, todas las opiniones expresadas son responsabilidad de www.diariosustentable.com
