El diseño podría ser el primer sistema del mundo en detección de tala ilegal y caza clandestina en el mismo momento en que ocurren estas prácticas. Lo cual significa una avance importante frente a los reportes satelitales que envían los daños días o semanas después de haber ocurrido el daño.
¿Cómo funciona?
Los sensores de sonido y movimiento, alimentados por energía solar, son instalados en teléfonos inteligentes reciclados que incluyen micrófonos ultrasensibles y que son puestos en los árboles reportando alertas inalámbricas de señales amenazantes como sonidos de moto sierras, disparos o ruidos inusuales de los animales en el bosque.
La información recogida por los sensores llega a través de una alerta en tiempo real a los guardabosques para que puedan tomar las medidas necesarias y oportunas para proteger o contrarrestar el daño al área afectada.
Se planea ampliar las posibilidades de anuncio de la alerta al diseñar una aplicación móvil para que las comunidades aledañas o interesados en monitorear la seguridad de los bosques puedan hacer seguimiento de estos reportes.
El proyecto, financiado a través de una plataforma colectiva de inversión, pretende ser llevado a zonas de África y Brasil donde se requiere la protección de bosques y de las especies que los habitan.