Esta semana se celebra la esperada Cumbre del Clima de la ONU en Nueva York, un evento oficial de un día organizado y dirigido por el Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon. En la cumbre, jefes de estado, directores de grandes bancos y corporaciones, bancos multilaterales de desarrollo y muchos otros actores destacados en el mundo de la acción por el clima reafirmarán sus compromisos políticos y financieros para reducir las emisiones y aumentar la resiliencia climática.
Todo el análisis y las conversaciones durante los preparativos de la cumbre han girado en torno a la búsqueda de un vínculo positivo entre el desarrollo económico y el crecimiento sostenible, así como los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático que serán discutidos en la próxima COP en Lima y acordados en la COP de París 2015.
Fuente: Blog Hablemos de Cambio Climático y Sostenibilidad BID
Un buen comienzo fue el lanzamiento en Nueva York del nuevo informe sobre la nueva economía del clima titulado ¨Better Growth, Better Climate¨ (Mejor crecimiento, mejor clima en inglés), dirigido por la Comisión Global sobre la Economía y el Clima y presidido por el ex presidente de México, Felipe Calderón, y co-presidido por Lord Nicholas Stern.
En comparación con otros informes a nivel global, sobre todo con el Informe Stern y muchos más que le siguieron en todo el mundo, esta publicación logra un buen equilibrio entre la ciencia y la economía del cambio climático, y las opciones de política para dar respuesta a este desafío. Incluye mensajes positivos encaminados a reducir la contradicción (u oposición) entre la creación de puestos de trabajo y el alivio de la pobreza frente a la reducción de gases de efecto invernadero y la resiliencia climática.
El mensaje general es que la transformación de la energía limpia ya está en marcha, con un auge evidente en las energías renovables y otras soluciones bajas en carbono. Desde el principio el informe señala que el enfoque no es sobre cómo las economías deben adaptarse al cambio climático que ya está ocurriendo, por lo que los lectores no deben esperar contenido sobre aspectos de la vulnerabilidad climática y los desafíos existentes en adaptación.
El informe se centra en tres sistemas con retos y soluciones técnicas, económicas y financieras:
Ciudades: Con un análisis claro de los desafíos a nivel urbano y de las promesas de una transición hacia un modelo de ciudad más compacta y resiliente que fomente ahorro económico, mayor eficiencia y beneficios ambientales urbanos.
Uso de la tierra: Con mejores sistemas agrícolas, sistemas de protección de bosques y la rehabilitación de tierras degradadas como medio para reducir las emisiones, y métodos para asegurar medios de vida de las comunidades y el equilibrio de los ecosistemas.
El informe hace hincapié en la necesidad de que los gobiernos y otras organizaciones públicas y actores privados trabajen duro para trazar el marco para la acción climática y aplicar políticas para establecer un precio para el carbono, reducir los subsidios a los combustibles fósiles y adoptar instrumentos económicos innovadores, como por ejemplo los bonos verdes.
El informe también pone mucho énfasis en la inversión del sector privado como el “motor” de la transformación del sector de la energía y el desarrollo bajo en carbono. Fue muy alentador escuchar al Presidente del Bank of America, Chad Holliday, presentando la visión optimista de que los inversores privados han sido rápidos en la respuesta al desafío cuando las buenas políticas se ponen en marcha.
Para cerrar el informe, se establece un plan de acción global de 10 puntos para involucrar a gobiernos y sector privado, que incluye, entre otras acciones: la aceleración de la transformación del desarrollo bajo carbono mediante la integración del clima en la toma de decisiones económicas y la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles e insumos agrícolas.
Descargue aquí el nuevo informe “The New Climate Economy: Better Climate, Better Growth”.