Las diez mayores empresas de alimentación y bebidas no toman medidas suficientes para luchar contra el cambio climático. Destaca la inacción de Kellogg’s y General Mills.
Las diez mayores empresas de alimentación y bebidas son, además de muy vulnerables ante el cambio climático, importantes agentes contribuidores al problema. Juntas emiten tantos gases de efecto invernadero que, de ser un país, serían el vigésimo quinto más contaminante del mundo. Oxfam advierte de que, pese a ello, no están tomando medidas suficientes contra el cambio climático.
Oxfam afirma que las “10 Grandes” –Associated British Foods, Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg’s, Mars, Mondelez International, Nestlé, PepsiCo y Unilever– deberían ser capaces de reducir sus emisiones combinadas en 80 millones de toneladas más para 2020. Esto equivaldría a retirar de la circulación todos los coches de Los Ángeles, Pekín, Londres y Nueva York.
“Muchos de los gigantes del sector de la alimentación y las bebidas simplemente cruzan los dedos esperando que el cambio climático no afecte al sistema alimentario y a que otros lo arreglen. Winnie Byanyima Directora ejecutiva de Oxfam Internacional
Oxfam publica hoy De brazos cruzados, un nuevo informe elaborado en el marco de su campaña Tras la marca que analiza las políticas sociales y medioambientales de las diez mayores empresas de alimentación y bebidas del mundo. A través de anteriores acciones enmarcadas en esta campaña, hemos logrado convencer a algunas de ellas de que adopten políticas más sólidas contra el acaparamiento de tierras y para mejorar los derechos de las mujeres.
Negligencia ante las emisiones agrícolas Juntas, las “10 Grandes” emiten 263,7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero; más que Finlandia, Suecia, Dinamarca y Noruega juntos.
Las emisiones derivadas de sus actividades ascienden a 29,8 millones de toneladas. Del total de las emisiones, aproximadamente la mitad proceden de la producción de materiales agrícolas en sus cadenas de suministro. No obstante, los objetivos de reducción fijados por las empresas no incluyen estas emisiones. Así, Oxfam considera que las empresas están siendo especialmente negligentes en relación a las emisiones agrícolas.
El cambio climático contribuye a alterar los patrones meteorológicos, así como al incremento de las tormentas, las inundaciones y las sequías. Esto afecta negativamente a las reservas de alimentos, provocando un aumento de sus precios y generando más hambre y pobreza. Especialistas en la materia predicen que para el año 2050, 50 millones de personas más padecerán hambre a causa del cambio climático.
El cambio climático y su relación con el aumento del precio de los alimentos
Algunas de las “10 Grandes” ya han admitido que el cambio climático les está perjudicando económicamente. Unilever ha señalado que pierde 415 millones de dólares anualmente, mientras General Mills ha afirmado que, sólo durante el primer trimestre de este año fiscal 2014, ha perdido 62 días de producción debido al empeoramiento de las condiciones climáticas extremas como consecuencia del cambio climático. Oxfam prevé que el precio de algunos de los principales productos de estas empresas, como Corn Flakes de Kellogg’s o Kix de General Mills, podrían dispararse hasta un 44% en los próximos 15 años debido a este fenómeno.
Oxfam señala que el sistema alimentario es responsable del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales y que éstas aumentan a medida que la demanda de alimentos incrementa. Especialistas apuntan a que si el mundo pretende evitar superar el umbral de calentamiento “de seguridad” de 2ºC, para el año 2050 las emisiones derivadas de las actividades agrícola y forestal deben reducirse a 0 y, de hecho, convertirse en un “sumidero de carbono” para así eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera. Sin embargo, la tendencia general es la contraria.
“Muchos de los gigantes del sector de la alimentación y las bebidas simplemente cruzan los dedos esperando que el cambio climático no afecte al sistema alimentario y a que otros lo arreglen. Las ’10 Grandes’ generan más de mil millones de dólares cada día y tienen un gran poder para influenciar las cadenas agroalimentarias globales. La industria debe hacer mucho más para conseguir erradicar el hambre en el mundo a la vez que transforman sus métodos de producción”, subraya la directora ejecutiva de Oxfam, Winnie Byanyima.
Unilever, Coca-Cola y Nestlé son relativamente más asertivas en sus políticas y medidas para luchar contra el cambio climático, aunque aún tienen mucho que mejorar.Oxfam señala a Kellogg’s y General Mills como las dos peores empresas en materia de cambio climático y emplaza a que lideren al sector hacia unas políticas y prácticas más responsables. Oxfam sugiere que podrían hacer públicos los datos acerca de sus emisiones agrícolas y los nombres de sus proveedores más contaminantes, establecer objetivos de reducción de emisiones para sus cadenas de suministro y hacer un llamamiento a empresas y Gobiernos a hacer frente a la crisis climática.
La investigación de Oxfam concluye que:
Todas las “10 Grandes” reconocen la necesidad de reducir las emisiones agrícolas indirectas en sus cadenas de suministro y siete de ellas miden y publican sus emisiones anualmente a través del proyecto Carbon Disclosure Project (excepto Kellogg’s, General Mills y Associated British Foods);Sólo Unilever y Coca-Cola han fijado objetivos de reducción de emisiones para sus cadenas de suministro, pero ninguna de las diez se ha comprometido claramente a reducir sus emisiones agrícolas conforme a objetivos específicos.
Ninguna de las “10 Grandes” obliga a sus proveedores a establecer objetivos de reducción de emisiones.
Las diez principales empresas de alimentación y bebidas han establecido objetivos para reducir las emisiones derivadas de sus actividades, pero a menudo estos objetivos carecen de base científica y no reflejan la contribución real de estas empresas al problema.
Varias de estas diez empresas se han comprometido a acabar con la deforestación en sus cadenas de suministro de aceite de palma en un plazo de tiempo muy ambicioso, pero sólo Mars y Nestlé han ampliado estas medidas a otras materias primas que también provocan deforestación y el cambio del uso del suelo.
Una empresa indonesia que vende aceite de palma a Cargill, proveedor de Kellogg’s, General Mills y otros gigantes de la industria agroalimentaria, está presuntamente involucrada en una quema de terrenos forestales para producir aceite de palma que originó un importante incendio que, por sí sólo, provocó la emisión de tantos gases de efecto invernadero como los que emiten 10,3 millones de coches en un año.
A excepción de Unilever, Coca-Cola y Mars, los gigantes de la industria de alimentación y bebidas no están tomando medidas suficientes para urgir públicamente a Gobiernos y empresas que hagan más para luchar contra el cambio climático como, por ejemplo, oponerse a posturas perjudiciales o incorrectas que las asociaciones que les representan asumen.
“La industria agroalimentaria tiene el imperativo moral y la responsabilidad empresarial de incrementar de manera significativa sus esfuerzos para luchar contra el cambio climático”, afirma Byanyima. “Las ’10 Grandes’ no están utilizando todo su poder de forma responsable y sufrirán las consecuencias. Kellogg’s y General Mills, en especial, no están asumiendo sus responsabilidades. Estas empresas debería liderar la lucha para evitar que, como consecuencia del cambio climático, más personas sean víctimas del hambre. Es hora de que dejen de estar de brazos cruzados.
Información complementaria PepsiCo Reino Unido se ha comprometido a reducir las emisiones procedentes de sus cadenas de suministro agrícolas en un 50% en cinco años. Si las “10 Grandes” replicasen esta medida, para el año 2020 emitirían, aproximadamente, 80 millones de toneladas menos de las que emitirán si no modifican sus políticas.